Rusos encuentran formas creativas de burlar sanciones para ver Netflix y jugar en línea

Los rusos, que han quedado en gran medida aislados del entretenimiento occidental en línea debido a las sanciones, están saltando obstáculos para obtener su dosis de programas de televisión y videojuegos extranjeros.

El problema principal para muchos es el retiro o la suspensión de Visa, Mastercard y PayPal, lo que significa que no tienen forma de pagar las tarifas de suscripción, informa The Moscow Times.

Muchos servicios de streaming como Netflix, Spotify y Pornhub están protegidos por suscripciones mensuales, mientras que los servicios de juegos como Steam, Xbox Live y Battle.net. requieren una tarjeta de crédito para acceder a los bienes del juego.

Una solución popular es usar una suscripción pagada por amigos o familiares en el extranjero. También los rusos pueden transmitir si inician sesión desde fuera del país usando una VPN, confirma The Moscow Times.

Quienes no tengan un amigo en el extranjero pueden comprar acceso a una suscripción "familiar" en el mercado ruso en línea Avito. Por ejemplo, una suscripción premium de Netflix costaba 999 rublos (17 dólares) antes de la invasión a Ucrania y ahora se puede comprar por 390 rublos (6 dólares) o menos en Avito.

Avito también vende claves de productos que se pueden usar para activar videojuegos en Steam y otras plataformas de juegos. A menudo se compran en países como Argentina, Armenia y Kazajstán, donde los precios tienden a ser más bajos, informa Cybersport.

Por ejemplo, el popular juego en línea 'Call of Duty: Modern Warfare' se puede descargar de forma gratuita en sitios ilegales de torrents y luego activarse con una clave comprada en línea, como en la página Plati.ru por $13. 

Sin embargo, el riesgo de ser estafado es alto.

Los jugadores rusos también pueden pagar para que las empresas agreguen crédito a sus cuentas de Steam, pero las comisiones pueden llegar hasta el 22%.

Vladimir Makarov, un experto de la firma de consultoría de seguridad TI T.Hunter, dijo que el entorno actual recuerda a principios de la década de los 2000, cuando los rusos dependían de los torrents debido a la falta de opciones confiables en línea.

“Ahora estamos regresando a una época en la que tenías que ir a una tienda física a comprar algo o buscar opciones en la web sin saber si era una estafa o no. La otra opción es usar torrents, solo descárguelo y mire”, dijo Makarov a The Moscow Times.