Economía
Europa Central se apresura a cubrir puestos de trabajo de ucranianos que regresan a su país
Alrededor de 150.000 trabajadores ucranianos, en su mayoría hombres, han abandonado Polonia desde que comenzó la guerra el 24 de febrero
Julio 26, 2022 2:52pm
Updated: Julio 26, 2022 10:26pm
El éxodo de trabajadores ucranianos que regresan a defender su patria ha creado una escasez de mano de obra en las construcciones, fábricas y almacenes de Europa Central en los que muchos de ellos eran empleados.
La consiguiente escasez de mano de obra creada por los trabajadores que se marchan ha provocado un aumento en los costos, así como retrasos en los pedidos de fabricación y de construcción en Polonia y la República Checa, según ejecutivos, reclutadores, grupos industriales y economistas entrevistados por Reuters.
La producción industrial representa el 30% del PIB de la República Checa y el 25% del de Polonia, lo que los convierte en los dos países más industrializados de Europa. La región está menos automatizada que los países europeos más desarrollados, como Alemania, por lo que depende más del trabajo manual.
Los ucranianos fueron el grupo más numeroso de trabajadores extranjeros, atraídos por los salarios más altos que en su país y la flexibilización de los requisitos de visado. Polonia y la República Checa acogieron a unos 600.000 y más de 200.000 trabajadores ucranianos respectivamente, según los grupos comerciales, antes de la invasión rusa.
Alrededor de 150.000 trabajadores ucranianos, en su mayoría hombres, han abandonado Polonia desde que comenzó la guerra el 24 de febrero, señaló el grupo comercial Empleadores de Polonia, el cual representa a 19.000 empresas.
"La pérdida de trabajadores ucranianos ha agravado los problemas a los que se enfrentan las empresas. Las empresas afirman que no pueden cubrir toda la demanda de los socios comerciales: entregan con retrasos y pagan penalizaciones", declaró a Reuters Radek Spicar, vicepresidente de la Federación de Industria Checa.
Un constructor polaco de tranvías y líneas ferroviarias mencionó que uno de sus subcontratistas no pudo terminar recientemente las obras porque casi la totalidad de sus 30 trabajadores ucranianos se habían marchado.
En contraste, ambos países han visto una enorme afluencia de refugiados ucranianos, los cuales en su mayoría son mujeres y niños poco aptos para los trabajos físicamente exigentes que prové la construcción, la fabricación y las fundiciones. También hay límites legales sobre la cantidad de peso que pueden levantar las trabajadoras.
Ante esto, los empresarios centroeuropeos han tenido que ser creativos. Una empresa polaca de selección de personal indicó que sus clientes han cambiado a los hombres a trabajos más exigentes físicamente, con la finalidad de contratar a mujeres ucranianas refugiadas para trabajos de logística, como conducir carretillas elevadoras.
Los reclutadores que buscan trabajadores en países asiáticos, como Mongolia y Filipinas, se encuentran con barreras lingüísticas y problemas de visado que no tienen con sus vecinos en Europa.
Los economistas afirman que la pérdida de trabajadores ucranianos perjudicará sin duda a las economías que ya están luchando contra el aumento de los costos en la energía y los materiales debido a la pandemia de la COVID-19, la inflación y los retrasos en la cadena de suministro, aunque todavía no se puede cuantificar su magnitud.