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Opinión & Crítica

Opinión: La raza y el género no deben preocupar a la Fed en 2022

Ambos factores no deben ser el centro de atención para elegir a los miembros del consejo de administración de la Reserva Federal

Enero 14, 2022 3:12pm

Updated: Mayo 20, 2022 11:59am

El presidente Joe Biden nominó a la exgobernadora de la Reserva Federal Sarah Bloom Raskin para ocupar la vicepresidencia de supervisión del mismo organismo, así como a dos economistas negros -Lisa Cook y Philip Jefferson- para ocupar los puestos restantes del consejo.

De ser confirmados por el Senado, los nombramientos convertirían a la cúpula del banco central más poderoso del mundo en la más diversa por raza y género en sus 108 años de historia.

"Aportarán una diversidad largamente esperada a la dirección de la Reserva Federal, con la primera mujer negra de la historia en el Consejo y el cuarto hombre negros en el Consejo", señaló la Casa Blanca en un comunicado, en referencia a los casos Cook y Jefferson.

"Cuando tenemos líderes en el gobierno federal que reflejan la diversidad de nuestro país se obtienen mejores resultados para todos los estadounidenses. Esto es especialmente cierto en nuestra economía, donde demasiados grupos han sido históricamente ignorados o excluidos por completo", añade en un comunicado.

Cook, un profesor de economía y relaciones internacionales en la Universidad Estatal de Michigan, ha escrito varios textos sobre las consecuencias económicas de las disparidades raciales y la desigualdad de género, mientras que Jefferson, quien fue vicepresidente de asuntos académicos y profesor de economía en Davidson College, ha centrado su investigación en los salarios, la pobreza y la distribución de ingresos.

Pero el senador Pat Toomey, el miembro republicano de mayor rango del Comité Bancario del Senado, criticó ambas nominaciones, al tiempo que "examinará de cerca" si Cook y Jefferson tienen "la experiencia, el juicio y los puntos de vista políticos necesarios para servir como gobernadores de la Fed."

Por su parte, el presidente de Banca del Senado, el demócrata Sherrod Brown, celebró la medida en un comunicado de prensa, e hizo eco de anteriores llamados de los demócratas para que Biden fomente la diversidad en la Fed y otras instituciones financieras federales. 

"El presidente Biden muestra al país que la Reserva Federal se pone del lado de los trabajadores y de sus comunidades locales. Necesitamos líderes que garanticen que los trabajadores y sus familias cosechen los beneficios del crecimiento económico que crean, y que no repitan los errores del pasado, mismos que llevaron a una recuperación floreciente para Wall Street, y débil para todos los demás", indicó Brown.

"También aportarán importantes perspectivas a la Junta de la Reserva Federal sobre los problemas económicos a los que se enfrentan las mujeres, los trabajadores negros y morenos y las comunidades rurales e industriales de todo el país. Insto a mis colegas a que apoyen a estos candidatos y espero con interés sus audiencias ante el Comité de Banca y Vivienda", añadió.

El senador demócrata Jack Reed también emitió un comunicado que expone: "Estos nombramientos mantendrán a la Reserva Federal centrada en el crecimiento del empleo inclusivo y a largo plazo, e igualmente garantizarán que la Reserva Federal sea más representativa de las personas a las cuales sirve.  El presidente Biden afirma su compromiso de poner a las familias y a los trabajadores en primer lugar y hacer que Wall Street rinda cuentas".

Pero estos llamamientos a la diversificación de la Fed no son nuevos y, por el contrario, representan una peligrosa desviación de lo que algunos economistas han considerado como "uno de los bancos centrales más responsables y exitosos del mundo".

Jesse Ferguson, antiguo portavoz de la campaña de Hillary Clinton, insinuó por primera vez la visión de los demócratas sobre una Fed diversa en mayo de 2016: "La Reserva Federal es una institución vital para nuestra economía y el bienestar de nuestra clase media, y el pueblo estadounidense no debería tener ninguna duda de que la Fed sirve al interés público." 

"Por eso, la secretaria Clinton cree que la Reserva Federal debe ser más representativa de Estados Unidos en su conjunto, además de que las reformas de sentido común -como sacar a los banqueros de los consejos de administración de los bancos regionales de la Reserva Federal- son necesarias desde hace tiempo", agregó.

En la misma declaración, Ferguson reveló que Clinton trataría de defender el doble mandato y asegurar que el enfoque de la Reserva Federal sea el "bienestar de nuestra clase media" y cómo sus políticas afectan a los afroamericanos, los hispanos y otras minorías.

Curiosamente, esa declaración de Clinton parece reflejar la opinión de la exjefa de la Reserva Federal, Janet Yellen, quien afirmó que "aunque trabajamos a través de los mercados financieros, nuestro objetivo es ayudar a la mayoría, y no a Wall Street".

Si bien las intenciones detrás de estas declaraciones puedan ser buenas, eso no las hace necesariamente válidas o justificadas.

Aunque algunos puedan creer que tener un gobierno más diverso en cuanto a raza o género es una noble aspiración, no debería ser el criterio a la hora de nombrar a los miembros del consejo de la Reserva Federal, especialmente cuando la Fed se enfrenta a niveles históricos de inflación, volatilidad en los mercados laborales y una renovada incertidumbre sobre la economía mientras otra variante de la COVID-19 se extiende por todo el mundo.

En cuanto al doble mandato, consistente en perseguir tanto objetivos de inflación como los de empleo, los economistas sostienen desde hace tiempo que, aunque la medida es políticamente atractiva, cumplir ambas partes no sólo es contradictorio sino también poco realista.

Al igual que otros los bancos centrales, la Fed sólo tiene una capacidad limitada para influir directamente en el empleo. Por ello, los presidentes de la Fed Volcker y Greenspan se comprometieron con la idea de una inflación baja y estable, mientras que el Premio Nobel de Economía Milton Friedman fue un firme defensor de la estabilidad de precios.

Además, tal como señaló alguna vez Judy Shelton, excandidata a la junta directiva de la Fed, lo polémico de hablar públicamente de la Fed como medio para solucionar la desigualdad de ingresos y riqueza es que esto implica acciones, no sólo palabras.

Según Shelton, es peligroso considerar a la Reserva Federal como una fuerza del bien y no "como un instruso gubernamental que afecta a los mercados crediticios del sector privado, cuyos torpes esfuerzos desvían las recompensas financieras hacia estrategas corporativos expertos e inversores sofisticados".

Hoy más que nunca, las políticas aplicadas por la Fed son especialmente importantes porque el dinero es el medio de intercambio más básico de nuestra sociedad. La manipulación de su valor afecta a los ciudadanos a corto y largo plazo.

Las decisiones experimentales tomadas por los bancos centrales, ya sea jugar con las tasas de interés negativas, emprender interminables rondas de flexibilización cuantitativa o pagar a los bancos para que mantengan los fondos de préstamo en cuentas de depósito estériles, repercuten inevitablemente en el valor de los dólares que utilizamos para comprar alimentos ahora, o pagar nuestras hipotecas en las próximas dos décadas.

Aún más desalentador es el hecho de que la falta de normas o de previsibilidad de los bancos centrales dificulta, en el mejor de los casos, el comercio y la cooperación internacionales. Sin la coherencia de los bancos centrales, el desorden monetario continuará socavando los mercados competitivos y la noción de libre comercio.

En última instancia, los legisladores deben abordar las audiencias de nominación de Raskin, Cook y Jefferson con apertura, pero sus decisiones deben basarse en sus competencias y capacidades, no en su raza o género. También deberían enfocar cualquier decisión con base en la idea de que los políticos no deben microgestionar la Reserva Federal.

Un banco central gobernado por los caprichos de la política podría conducir fácilmente a un desastre monetario, como han demostrado claramente los politizados bancos centrales de Argentina y Venezuela.

Teniendo en cuenta el papel de la Fed en la economía mundial, hoy, más que nunca, necesitamos líderes que proporcionen un enfoque basado en reglas para una verdadera recuperación económica.