Opinión & Crítica
Alexandria Ocasio-Cortez apoya todo lo que está mal en América Latina
AOC utiliza su plataforma para promover las mismas políticas de extrema izquierda que han mantenido a América Latina empobrecida y plagada de problemas durante décadas
Abril 1, 2022 12:36pm
Updated: Abril 13, 2022 8:40am
La representante Alexandria Ocasio-Cortez es conocida por su vehemencia al criticar el capitalismo en redes sociales. Mientras que complace por un lado con rabietas anticapitalistas a sus 12 millones de seguidores en las redes sociales, por el otro disfruta del botín de la economía de libre mercado. La excantinera del Bronx convertida en congresista a la que se ha visto conduciendo un Tesla y vendiendo playeras de Tax The Rich por $58, encaja perfectamente en lo que en América Latina llamamos “la izquierda caviar”.
Sin embargo, a pesar de su adicción a los placeres cosmopolitas del capitalismo, utiliza su plataforma para promover las mismas políticas de extrema izquierda que han mantenido a América Latina empobrecida y plagada de problemas durante décadas.
Desde la misma sobreidealizada superioridad que los llamados 'socialistas democráticos' latinoamericanos usan para defender el comunismo, AOC vuelve a sus andadas, al criticar en Instagram a la clase multimillonaria e insultar a sus electores cuando sugiere que el resto de los mortales simplemente no entendemos.
"Déjame decirte un secreto", susurró en un video reciente que se hizo viral. "La mayoría de la gente realmente no sabe qué es el capitalismo. La mayoría de la gente ni siquiera sabe qué es el socialismo. Pero la mayoría de la gente no es capitalista porque no tiene dinero capitalista, no es multimillonaria", concluyó.
Así como la jueza y candidata a la Corte Suprema Ketani Brown Jackson pasó trabajo en ofrecer una simple definición de 'mujer', aunque podría reconocer una si la tuviera delante, las personas tampoco necesitan ser multimillonarias para entender cómo beneficiarse del capitalismo.
Pero como a AOC le gusta compartir secretos, decidimos compartir algunos datos no tan secretos.
Ningún capitalista recibe dinero nuestro a menos que elijamos voluntariamente dárselo a cambio de lo que sea que esté vendiendo, tal como hizo AOC con cada artículo que usó para grabar ese video. Todo fue fabricado o producido por personas que buscaban ganancias, ya fuese del teléfono, el servicio de Internet, la ropa, el rímel o las gafas que usaba. Las producciones de AOC son otro ejemplo de una capitalista que se autopromueve y nos vende su producto.
Y si es verdad que los innovadores aumentan su riqueza gracias al capitalismo, a largo plazo el mayor beneficio fluye hacia la sociedad. El profesor de la Universidad de Yale y ganador del Premio Nobel William D. Nordhaus analizó el papel de la innovación en el crecimiento económico y llegó a la conclusión de que "solo una parte minúscula de los beneficios sociales debidos a los avances tecnológicos durante el período 1948-2001 fue acaparada por los productores, lo que indica que la mayoría de los beneficios del cambio tecnológico son transmitidos a los consumidores en lugar de quedárselo los productores".
Del mismo modo, a medida que los mercados se liberalizaron y el capitalismo floreció, el mundo ha visto una reducción histórica de la pobreza extrema. Como resultado, "la proporción de personas que viven en la pobreza extrema en todo el mundo ha disminuido continuamente durante los últimos dos siglos".
Ningún otro sistema ha contribuido más en la reducción de la pobreza que el capitalismo. Gracias a una economía de libre mercado, la innovación ha florecido en los últimos dos siglos y la esperanza de vida en todo el mundo se ha duplicado, según Our World in Data.
Según el Foro Económico Mundial, la cantidad de personas en todo el mundo que viven con menos de dos dólares al día hoy es menos de la mitad de lo que era en 1990. Sin duda, los avances más significativos en la lucha contra la pobreza se han producido en países que abrieron sus mercados para permitir una mayor competencia de las economías centralizadas, como China e India.
El capitalismo también ha permitido que haya más gasto público, lo cual permite pagar salarios más altos para los empleados del gobierno y los funcionarios públicos. Esto incluye el salario anual de $ 174,000.00 de AOC, que ha aumentado constantemente para los representantes de los EEUU a lo largo de los años. Dado que el PIB ha crecido sustancialmente en el último siglo, la mayoría de los gobiernos tienen acceso a más recursos hoy que antes, debido a los impuestos generados por la riqueza de las economías capitalistas. Esto lleva a que los gobiernos tengan más fondos para incrementar el gasto público y la redistribución a través de programas sociales, lo que hubiera sido imposible sin el surgimiento del capitalismo.
Irónicamente, el distrito 14 de Nueva York, que tiene un 49% de población hispana, eligió a un representante con la misma retórica colectivista que llevó a millones de latinos a abandonar sus países de origen.
¿Por qué AOC está empeñada en atacar el mismo sistema que le permitió llegar al poder?
El economista político austriaco Joseph Schumpeter podría tener la respuesta. Schumpeter temía que el éxito del capitalismo creara una clase separada de intelectuales académicos y de individuos cuya visión del mundo proviene de los libros de texto en lugar de las experiencias de la vida real, propensos a culpar al capitalismo de todos los males sociales de la sociedad.
Schumpeter argumentó que la riqueza creada por el capitalismo conduciría a otra ideología política colectivista conocida como corporativismo, cuyos valores hostiles al capitalismo permitía que grandes grupos de interés controlaran el Estado. Dijo que esto era particularmente cierto entre los intelectuales que están "en condiciones de criticar asuntos sociales de los que no son directamente responsables y de defender los intereses de otras clases" y que quieren ser vistos como los guardianes del bienestar general de la sociedad—consacrándose a sí mismos como líderes del movimiento obrero".
Ni los intelectuales ni los políticos son innovadores que crean puestos de trabajo y riqueza, y muchos están insatisfechos porque "con facilidad se vuelven psíquicamente ineptos en ocupaciones manuales". Sin embargo, son estos mismos "intelectuales" -o desempleados cultivados- quienes abogan por por restringir espíritu empresarial y socavan el orden capitalista. En pocas palabras, este tipo de personas se da cuenta de que si es incapaz de conseguir el éxito como emprendedor o innovador, ¿por qué otros iban a lograrlo?
AOC, graduada de la Universidad de Boston y cantinera transformada en política, encaja en este grupo de subempleados cultos que se ven a sí mismos como los cuidadores de la sociedad. A pesar de su doble especialización en Relaciones Internacionales y Economía, el historial de votaciones de AOC y sus diatribas públicas sugieren una total ignorancia de esta último materia, tal como temía Schumpeter.
La caracterización errónea que AOC hace de la economía de libre mercado no debería sorprendernos, ya que parece obnubilada por un cuento de hadas construido ideológicamente. Lo cual es comprensible ya que Ocasio-Cortez no es una académica, sino una cantinera con diploma universitario convertida en política que probablemente crea que su título la cualifica como erudita. Como diría Hayek sobre los marxistas que negaban los beneficios de la industrialización, AOC no reconoce los éxitos del capitalismo. En lugar de abordar el capitalismo con la racionalidad imparcial de un erudito, lo ataca con la furia ideológica de un propagandista.
Las luchas de AOC contra el Sistema no son consistentes con el conocimiento y los hechos reales. Más allá de sus creencias, hay una razón fundamental por la que la gente, incluso aquella sin "dinero capitalista" [supondremos que se refiere al capital en lugar de a las monedas de mago] e incluso sin su costoso título universitario, apoya el sistema de libre mercado: ningún otro sistema garantiza a cada individuo la libertad personal de procurar el bienestar social, la prosperidad y la paz generalizados.
He aquí un secretito de nuestra parte: sería prudente que AOC reconociera cómo su propia vida se ha beneficiado del capitalismo en lugar de fomantar hipócritamente las mismas ideas socialistas que han resultado en la pobreza y la miseria evidentes en Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Contrariamente a lo que supone su percepción errónea de la realidad, sabemos lo que es el capitalismo. También sabemos lo que es el socialismo. De lo que no estamos seguros es de que ella lo sepa.