Los principales problemas financieros que destruyen matrimonios

El manejo del dinero en un matrimonio es un desafío significativo que puede poner a prueba la solidez de una relación. Sin embargo, con una comunicación abierta y honesta, y con la implementación de estrategias financieras bien pensadas, las parejas pueden superar estos obstáculos y construir una vida financiera estable y armoniosa.

Uno de los resultados de un reciente estudio realizado por Fidelity en 2024 sobre las parejas y las finanzas reveló que el 45% de los miembros de la pareja discuten sobre dinero al menos de vez en cuando, y el 25% de las parejas identifican el dinero como su mayor reto en la relación. Estos son seis problemas financieros comunes que crean tensiones entre los cónyuges.

1. Separación de ingresos

Algunas parejas optan por dividir las facturas de manera equitativa o según un método que consideren justo. Una vez cubiertas las facturas, cada pareja puede gastar lo que queda según su criterio.

Este enfoque, aunque parece equitativo, puede generar resentimiento por las compras individuales que se realizan, además de eliminar gran parte del valor financiero que conlleva el matrimonio. En algunos casos, este método puede no abordar objetivos a largo plazo como la compra de una casa o la seguridad de la jubilación. Incluso puede dar lugar a la infidelidad financiera, proceso que consiste en que uno de los cónyuges esconde dinero del otro.

2. Arrastrar deudas antiguas

Muchas personas llegan al matrimonio con deudas previas, como préstamos estudiantiles, deudas de tarjetas de crédito o, incluso, hábitos como el juego.

Las discusiones pueden surgir entre las parejas al hablar de ingresos, gastos y el servicio de la deuda. En la mayoría de los casos, las deudas adquiridas antes del matrimonio permanecen con la persona que las contrajo y no se extienden a la otra persona, lo que significa que las deudas de un cónyuge no suelen afectar la calificación crediticia del otro.

Sin embargo, en estados que operan bajo el derecho consuetudinario, las deudas incurridas conjuntamente después del matrimonio son responsabilidad de ambos cónyuges.

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3. Diferencias de personalidad

Incluso si ambos conyugues están libres de deudas, el conflicto eterno entre los que gastan y los que ahorran puede manifestarse de múltiples maneras. Es importante conocer la personalidad financiera de uno mismo, así como la de su pareja, y discutir abiertamente estas diferencias.

Aunque las personas pueden mostrar características de ambos tipos a lo largo del tiempo, generalmente tienden a un tipo principal. Cualquiera que sea el perfil que usted y su cónyuge más se acerquen, es mejor reconocer los malos hábitos, abordarlos y moderarlos por el bien de la relación.

4. Juegos de poder

Los juegos de poder pueden ocurrir en una de las siguientes situaciones:

1. Un cónyuge tiene un trabajo remunerado y el otro no.
2. Un cónyuge gana considerablemente más que el otro.
3. Un cónyuge proviene de una familia adinerada y el otro no.
4. Un cónyuge tiene un control mayor sobre los recursos financieros en la relación.

Cuando una o más de estas situaciones están presentes, el cónyuge que gana o tiene más dinero puede querer dictar las prioridades de gasto de la pareja.

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5. Apoyo a una familia en crecimiento

El hecho de tener hijos, y cuándo hacerlo, es una decisión financiera importante. La lista de gastos relacionados con los hijos incluye alimentación, ropa, vivienda, actividades extracurriculares, trajes de baile, vehículos familiares y matrícula universitaria.

Además del costo, tener hijos puede cambiar dinámicas en el matrimonio, especialmente si uno de los cónyuges reduce sus horas de trabajo, trabaja desde casa o deja una carrera para criar a los niños. Estas decisiones pueden afectar la planificación de la jubilación, el estilo de vida y otras áreas importantes de la vida.

6. Enfrentar problemas con la familia extendida

A veces, los matrimonios se ven obligados a ayudar económicamente a su familia de origen. Por ejemplo, los padres de uno de los cónyuges pueden necesitar un vehículo nuevo, o el hermano de la otra parte puede tener problemas para pagar el alquiler.

Cuando uno de los cónyuges decide escribir un cheque para ayudar a un familiar, el otro podría cuestionar por qué ese dinero no se utilizó para atender las necesidades del hogar o para financiar unas vacaciones para "nosotros". En situaciones de crisis serias, como una enfermedad, un desastre natural o una muerte inesperada, la presión para ayudar a la familia suele aumentar.

Cómo manejar los problemas de dinero

Estas son algunas estrategias para manejar los problemas financieros en el matrimonio:

Comunicar: Es fundamental hablar abiertamente sobre las preferencias en el manejo del dinero, los objetivos para el futuro y cualquier preocupación que exista sobre cómo se manejan los ingresos en conjunto. 

Establecer metas financieras: Una pareja debe acordar sus objetivos a largo plazo y cómo alcanzarlos. Gran parte de esa discusión involucrará asuntos financieros. 

Manejar las deudas: Para muchas parejas, lidiar con las deudas requiere tener una conversación honesta y sin juicios sobre las deudas que traerían al matrimonio. Existen diversas estrategias para pagar deudas, como el de bola de nieve (que se enfoca en pagar las deudas más pequeñas primero). 

Firmar un acuerdo prenupcial o postnupcial: Para las parejas que no están seguras sobre los asuntos financieros conjuntos antes del matrimonio, un acuerdo prenupcial puede ser una opción. Si ya están casados y quieren algo más que promesas para protegerse a sí mismos, podrían considerar un acuerdo postnupcial, también conocido como contrato marital.

Conocerse a sí mismo: La personalidad juega un papel importante en los planes financieros de la pareja. Hablar sobre las perspectivas y sentimientos de cada uno respecto al dinero puede ayudar a ambos a sentirse más cómodos, o al menos, a saber qué esperar. 

Abordar asuntos familiares: La familia extendida puede ser un gran desafío y no hay un consejo que aborde cada situación. Al elegir ayudar a un miembro de la familia o aceptar ayuda financiera de un familiar, es útil tener una política acordada de antemano. Esto puede evitar malentendidos y conflictos en la relación.