Crimen y Corrupción
Disturbios en Francia se extienden por cuarta noche consecutiva
El gobierno del presidente Emmanuel Macron movilizó a 45.000 oficiales en todo el país para intentar sofocar la violencia
Julio 1, 2023 10:31am
Updated: Julio 1, 2023 10:31am
Al menos 1.311 personas fueron detenidas en Francia y 79 policías resultaron heridos durante la cuarta noche consecutiva de disturbios por la muerte de un joven de 17 años a manos de la policía el pasado martes, cuando trataba de huir de un control de carretera.
El gobierno del presidente Emmanuel Macron movilizó a 45.000 oficiales en todo el país para intentar sofocar la violencia. Durante la noche, jóvenes manifestantes se enfrentaron a la policía, provocaron unos 2.500 incendios y saquearon tiendas.
El funeral de Nahel, el joven fallecido, comenzó el sábado con un velatorio y se celebrará una ceremonia en una mezquita antes de su entierro en un cementerio de las afueras.
Aunque el gobierno sugirió que la violencia empezaba a remitir gracias al refuerzo de las medidas de seguridad, los daños siguen siendo generalizados, desde París a Lyon y Marsella, e incluso en territorios del caribe como la Guayana Francesa, donde una persona de 54 años murió por una bala perdida.
La selección nacional de fútbol, incluido su jugador estrella Kylian Mbappé, ídolo de muchos jóvenes que viven en los barrios desfavorecidos donde se están produciendo los disturbios, pidió el fin de la violencia.
"Muchos de nosotros venimos de barrios populares y también compartimos este sentimiento de dolor y tristeza por el asesinato de Nahel", dijeron los futbolistas en un comunicado. "La violencia no resuelve nada (...) hay otras formas pacíficas y constructivas de expresarnos". Por el contrario, este es un momento de "duelo, diálogo y reconstrucción", añadieron.
El tiroteo mortal que acabó con la vida de Nahel fue grabado en vídeo, avivando las tensiones entre la policía y los jóvenes que viven en complejos de viviendas sociales y luchan contra la pobreza, el desempleo y la discriminación racial.
Los disturbios posteriores han sido los más graves registrados en Francia en años y aumentan la presión sobre el presidente Macron, que instó a los padres a mantener a sus hijos fuera de las calles y culpó a las redes sociales y los videojuegos de incitar a la violencia.
En las primeras horas del sábado, los bomberos de Nanterre apagaron los incendios provocados por los manifestantes, dejando restos carbonizados de vehículos esparcidos por las calles.
En la ciudad portuaria de Marsella, unos saqueadores entraron durante la noche en una armería y se llevaron algunas armas, según la policía. Se practicaron cerca de 90 detenciones en el lugar de los hechos, mientras grupos de manifestantes incendiaban coches y rompían escaparates para saquear el interior.
También se produjeron actos de vandalismo en edificios y vehículos en la ciudad oriental de Lyon, donde cerca de un tercio de las casi 30 detenciones practicadas fueron por robo, según la policía. Las autoridades informaron de incendios en las calles tras una protesta no autorizada que congregó a más de 1.000 personas horas antes.
El Ministerio del Interior informó de que durante la noche se practicaron 994 detenciones y se registraron más de 2.500 incendios. La noche anterior se habían practicado 917 detenciones en todo el país, se atacaron 500 edificios, se quemaron 2.000 vehículos y se saquearon decenas de tiendas.
A pesar del aumento de las detenciones, se registraron menos incendios, coches quemados y ataques a comisarías en toda Francia en comparación con la noche anterior, según el ministerio.
Cientos de policías y bomberos resultaron heridos, 79 de ellos durante la pasada noche, pero las autoridades no revelaron el número de civiles heridos.
El alcalde de Nanterre, Patrick Jarry, subrayó la necesidad de "impulsar el cambio" en los barrios marginales del país.
A pesar de los repetidos llamamientos del gobierno a la calma y al refuerzo de la operación policial, el viernes también estalló la violencia a plena luz del día. Una tienda de Apple fue saqueada en la ciudad oriental de Estrasburgo, donde la policía disparó gases lacrimógenos, y en un centro comercial de París se rompieron los escaparates de un restaurante de comida rápida y los agentes impidieron a los manifestantes entrar en una tienda cerrada, según las autoridades.
