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Tecnología

Interfaces cerebro-computador podrían utilizarse para controlar armas y suprimir miedo de soldados

La ética de la neurotecnología se escribe a medida que se desarrolla este campo

Integrated semiconductor microchip/microprocessor on blue circuit board
Integrated semiconductor microchip/microprocessor on blue circuit board | Shutterstock

Diciembre 5, 2022 3:57pm

Updated: Febrero 19, 2023 2:25pm

Nuevos ordenadores cerebrales microscópicos podrían ayudar a los soldados en varias formas sin precedentes, aunque su uso se enfrenta a objeciones éticas sobre la autonomía corporal.

La investigación sobre interfaces cerebro-computador (BCI, por sus siglas en inglés) dispositivos que descodifican y transmiten señales cerebrales a un dispositivo externo para llevar a cabo una acción ha avanzado mucho en los últimos años, al punto que un usuario de BCI podría hacer cosas con sólo pensarlas, apuntó The Conversation.

Actualmente, esta tecnología se tiene a prueba en personas que han perdido la mayor parte de su control motor, como pacientes con trastornos neuromusculares graves, para ayudarlos a recuperar funciones cotidianas como la comunicación y la movilidad, como encender y apagar una luz o teclear en la pantalla de un ordenador.

Pero los investigadores también estudian su uso en el campo de batalla. En particular, se estudia si las BCI podrían utilizarse para suprimir emociones negativas o incluso para controlar directamente el comportamiento de otros.

"Con entrenamiento, el soldado podría controlar sistemas de armas a miles de kilómetros de distancia sólo con base en sus pensamientos. Integrar un tipo similar de computador en el cerebro de un soldado podría suprimir su miedo y ansiedad, a fin de permitirle llevar a cabo misiones de combate con mayor eficacia", señala Beth Daley, redactora y directora general de The Conversation.  

"Se busca dar un paso adelante, al intentar que un dispositivo equipado con un sistema de inteligencia artificial logre controlar directamente el comportamiento de un soldado, al predecir qué opciones elegiría en su situación actual", agrega el citado artículo.

Pero la ética sobre los usos no médicos de las BCI es objeto de debate. Algunos defienden un enfoque utilitarista: todo lo que maximice la felicidad o el bienestar del mayor número de personas está permitido. Por ejemplo, la mejora del rendimiento de los soldados estaría justificada, de modo similar a otros potenciadores del rendimiento, como la cafeína, siempre que ello contribuya a mantener la seguridad del país.

En cambio, la perspectiva de los "derechos neuronales" se centra en los valores éticos relativos a la capacidad del ser humano para pensar, como la identidad propia y la privacidad, por encima del bienestar general.

Un tercer enfoque, el de la "capacidad humana", amplía la postura de los derechos neuronales a la salud emocional y social.

Los Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa del ejército estadounidense lanzaron un programa para desarrollar BCI para los miembros a su servicio. Iniciado en 2018, este programa tiene el objetivo de incluirlos plenamente en aplicaciones de seguridad nacional para 2050.

Elon Musk, CEO de SpaceX y Tesla, es cofundador de Neuralink, una empresa dedicada al desarrollo de implantes cerebrales para personas sanas.