El dilema del prisionero en los negocios y la economía: ¿qué es y cómo funciona?

El dilema del prisionero es una teoría de juegos que sirve de marco para entender la dinámica de la cooperación y la competencia en diversos ámbitos, desde los negocios a la economía, pasando por la política.

Concebido por Merrill Flood y Melvin Dresher en 1950 y formalizado por el matemático Albert William Tucker, este concepto ha demostrado ser una valiosa herramienta para la toma de decisiones estratégicas. En esta nota, exploraremos en detalle el dilema del prisionero, su estructura y sus aplicaciones en el mundo real.

¿Qué es el dilema del prisionero?

El dilema del prisionero es un escenario de la teoría de juegos que ilustra cómo dos individuos, actuando en su propio interés, pueden acabar en una situación menos favorable para ambos que si hubieran cooperado. 

La teoría proporciona un marco para entender cómo afectan las decisiones estratégicas en distintos contextos y cómo sus elecciones repercuten en sus propios resultados y en los de sus competidores o colaboradores.

Ejemplo de dilema del prisionero

Imaginemos que dos individuos han sido detenidos por un delito y están siendo interrogados en salas separadas. Cada sospechoso recibe la misma oferta por separado: si uno confiesa y el otro no, el que confiese quedará en libertad, mientras que el otro recibirá una condena máxima de tres años. Si ambos confiesan, ambos recibirán una condena de dos años. Si ninguno confiesa, ambos recibirán una condena menor de un año.

Los sospechosos deben tomar sus decisiones sin conocer la elección del otro. La estructura básica del dilema del prisionero puede representarse mediante una matriz de resultados que ilustra los distintos resultados en función de las elecciones de los dos jugadores.

Cada jugador tiene una estrategia dominante que proporciona el mejor resultado independientemente de la elección del otro jugador. Esta estrategia dominante conduce a un resultado subóptimo cuando ambos jugadores la eligen.

Se supone que los jugadores toman decisiones racionales para maximizar sus propios intereses, lo que impulsa el conflicto entre opciones.

Para ilustrar el dilema del prisionero, considere la siguiente matriz de resultados:

Confesar siempre ofrece un mejor resultado para un jugador si el otro decide no confesar.
No confesar ofrece una pena menor si el otro jugador también decide no confesar.
La solución

Cuando se juega contra un único oponente, puede ser ventajoso desertar siempre, ya que garantiza un resultado más favorable en comparación con cooperar. Sin embargo, en escenarios con varios jugadores, la cooperación puede conducir a mejores resultados a largo plazo.

Cuando el dilema del prisionero enfrenta a varios jugadores, la cooperación y la defensa pueden ser más eficaces que la traición. La dinámica cambia cuando se consideran las interacciones repetidas y la posibilidad de establecer relaciones a largo plazo.

El equilibrio de Nash

El equilibrio de Nash es un estado en el que ninguno de los jugadores tiene incentivos para cambiar unilateralmente su estrategia, dado que el otro jugador mantiene su estrategia actual. En el dilema del prisionero, el equilibrio de Nash se alcanza cuando ambos jugadores eligen traicionar, ya que no tienen incentivos para cambiar su decisión. 

El dilema del prisionero puede aplicarse a diversas situaciones, entre ellas:

• Dilemas sociales y éticos: En situaciones en las que los intereses individuales entran en conflicto con los intereses colectivos, el dilema del prisionero puede explicar la falta de cooperación necesaria para el bien común.
• Asignación de recursos: En contextos de recursos limitados, los jugadores deben decidir entre cooperar para compartir los recursos o competir para obtener una parte mayor.
• Provisión del bien público: El dilema del prisionero se aplica a la provisión de bienes públicos en los que la cooperación es necesaria para maximizar el beneficio para todos.