¿Son efectivos los impuestos saludables para combatir la obesidad?

Colombia implementó desde noviembre un impuesto a las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados que irá aumentando cada año. Sin embargo, la evidencia sobre la efectividad de estos impuestos para combatir la obesidad es limitada.

Los impuestos saludables, también conocidos como "Fat Tax", son un tipo de impuesto que grava los alimentos y bebidas con alto contenido de azúcares, grasas saturadas o sal. Su objetivo es desincentivar el consumo de estos productos y, en última instancia, reducir la prevalencia de la obesidad y otras enfermedades crónicas relacionadas con la dieta.

Si bien la intención de esta medida es buena, la evidencia sobre la efectividad de los impuestos saludables para combatir la obesidad es insignificante o de magnitud muy pequeña  en cuanto a mejoría en la salud pública.

Países como Dinamarca y Eslovenia fueron de los primeros en implementar este tipo de impuestos y luego los eliminaron tras considerarlos regresivos para la industria y para los consumidores.

En México, donde se implementó el impuesto en 2014, se observó una reducción en el consumo de bebidas azucaradas, pero la obesidad sigue siendo un problema significativo en el país.

Abordar la obesidad de manera efectiva no implica demonizar a las industrias ni imponer impuestos que terminan perjudicando al consumidor. La clave reside en fomentar la responsabilidad individual promoviendo una dieta equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico.

 

 

 

 

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