Cultura
EXCLUSIVA: El director cubano Carlos Celdrán habla de "Tebas Land", su reciente puesta teatral en Miami
“Tebas Land”, obra del escritor uruguayo Sergio Blanco, está en escena este fin de semana en el Black Box Theater del Miami Dade County Auditorium, con las actuaciones estelares de los actores cubanos Ariel Texidó y Daniel Romero
Marzo 18, 2023 1:01pm
Updated: Marzo 18, 2023 1:01pm
Un escritor de teatro visita en la cárcel a un prisionero que ha sido condenado por asesinar a su propio padre. El primer encuentro entre ambos —y los muchos que vendrán después— suceden en la cancha de baloncesto del penal. La suspicacia del prisionero le lleva a pensar desde un principio que el escritor simplemente quiere apropiarse de su historia y construir una versión de su vida. Pero no pasa mucho tiempo antes de que la sospecha evolucione hacia una intensa y tierna relación.
“Tebas Land”, obra del escritor uruguayo radicado en Francia Sergio Blanco, está en escena este fin de semana en Miami en el Black Box Theater del Miami Dade County Auditorium, con una producción de Arca Images, y con las actuaciones de los cubanos Ariel Texidó y Daniel Romero.
El director de la puesta es el respetado teatrista cubano Carlos Celdrán, radicado en Madrid, quien en esa misma sala presentó la obra “Diez Millones” y dirigió el montaje de “Abismo”, de Abel González Melo.
En lo aparente, Celdrán parte de la historia de una relación defectuosa, ambivalente e irreparablemente imposible entre un hijo y su padre, pero en la medida en que el bellísimo texto avanza, se van desvelando aristas emocionales que transportan al espectador al territorio de ciertas dicotomías universales: la vida y la muerte, la violencia y la calma, el amor ideal y el amor grotesco, la noción de libertad y la claustrofobia del encierro, el empecinamiento y la toxicidad de la posesión y los estragos del abandono.
Son dos horas ininterrumpidas de excelencia teatral en las que Celdrán muestra sus dotes únicas como poeta de la escena, la imagen y el diálogo, respaldado por el exquisito trabajo de dos actores locales que se lucen mostrando su amplísimo rango representativo. “Tebas Land” es también —y sobre todo— un canto al amor defectuoso, a la añoranza de una visión y un territorio emocional en los que la magia del arte libera al individuo del abuso, la vigilancia opresiva, y la dictadura del desconocimiento y la ignorancia (que a fin de cuentas son la esencia de toda dictadura).
Celdrán nos respondió esta suerte de "cuestionario de Proust contemporáneo" en el que nos abre una pequeña rendija al ser humano detrás del creador.
¿Cuál es tu principal rasgo como director teatral?.
No sabría decirte cual es ese rasgo principal que me definiría como director de escena, quizás sea el despojamiento y un deliberado gusto por lo esencial, un minimalismo que no descarta la complejidad, la poesía de las pequeñas acciones que revelan cosas, sin énfasis, sin pretensiones. Odio cada vez más la pretensión en el teatro, estoy harto de eso, quizás de vuelta. Solo quiero ver en él ciertas dosis de verdad, de honestidad, de pureza teatral. También es algo que me pasa cuando escribo textos para la escena.
¿Qué es lo que más aprecias de un ser humano?
En un ser humano lo que más aprecio hoy es la empatía, sin ese rasgo me dan miedo las personas, me espantan. Lo contrario, el narcisismo, la egolatría, me resultan una pérdida de tiempo, una batalla inútil. Gente entusiasta, empática, viva, que te reciba, que te acepte es lo único que pido.
¿Qué esperas de tus amigos?
De mis amigos espero calidez, cercanía, que me dejen reir, estar tranquilo cerca de ellos, sin tener que posar, que mentir, que actuar.
¿Tu principal defecto?
Mi mayor defecto es la inseguridad, el miedo. Cuando me agarra no me deja vivir, ni experimentar nada. Me tensa mucho tener miedo a las personas, a ciertas situaciones. Entonces me vuelvo extraño, perdido.
¿Tu ideal de felicidad?
El ideal de felicidad está ligado a sentirme creativo, lúcido y libre de inseguridades. Eso me lo da el teatro, estar junto a personas que aspiran por un ratico a experimentar juntos la comunión, que en la vida resulta difícil encontrar. Se es feliz con otros, y mi modo de estar con otros es crear con ellos, vincularnos por el hecho de inventar ficciones.
¿Cuál sería tu mayor desgracia?
No hay mayor desgracia que la tristeza, la melancolía, la falta de fe, de sentido. Eso me persigue, y le temo. Ese vacío que te produce estar vivo. Solo frente a ti mismo, y al tiempo. Busco tener instantes, rutinas creativas, mucho trabajo para llenarme de entusiasmo.
¿Tus autores favoritos de ficción?
Son tantos autores a los que amo: Virginia Woolf, Thomas Bernhard, Margarite Duras, un largo etc. En teatro la lista también es larga, Beckett, Chejov, Koltes. Cuando escribo teatro las influencias varían, se acumulan. Con los años la voz que escribe es una voz íntima, erosionada por tantas cosas en las que ya no crees. Los escritores que siguen conmigo son de ese orden, desencantados, radicales. Incorrectos, inatrapables por las redes de las ideologías, de las agendas de turno. Son catalizadores, refugios.
¿Tus poetas?
Rimbaud, Rilke, Pessoa, Garcia Marruz, Horderlin, Baudelaire, Marti (el mio), Cernuda, Reina Maria Rodríguez.
¿Un héroe de ficción?
Julian Sorel. Los personajes son siempre los clásicos, la literatura contemporánea no es pródiga en personajes, y están siempre ligados a la adolescencia.
¿Una heroína?
{Madame] Bovary? Quizás ella, aburrida y nefasta. Podría decir de ella lo mismo que su autor: “Bovary ce moi.”
¿Tu músico favorito?
Keith Jarret.
¿Tu pintor preferido?
Monet
¿Un héroe de la vida real?
Mahatma Gandhi
¿Qué hábito ajeno no soportas?
¿La apatía? Si, esa sombra que todo lo anula. La gente apática es egoísta, pasiva, peligrosa.
¿Qué es lo que más detestas?
La prepotencia de las personas, de los gobiernos, de los artistas.
¿Una figura histórica que repelas?
Stalin.Sin duda el, el más siniestro, el más perverso, el que más daño hizo a la Historia.
¿Un evento histórico que admires?
La lucha por los derechos de los gay, los afrodescendientes, las mujeres. Me conmueven esas victorias.
¿Qué virtud desearías poseer?
Hubiera querido ser audaz, físicamente audaz, tener fuerza física, destreza, gozar más del cuerpo, de todo lo que eso da.
¿Ya que es inevitable, cómo te gustaría morir?
Acompañado, protegido, en una casa limpia, y en una cama con sábanas limpias, sin mucho dolor. Es mucho pedir, lo sé.
¿Cuál es tu estado de ánimo más común?
La preocupación. Por el dinero, por la comida, por el futuro, por el país, el mundo, los amigos, la familia.
¿Qué temas literarios y teatrales te obsesionan o no abandonan nunca?
Las paradojas existenciales, ¿quiénes fuimos?, ¿quiénes somos? La ceguera de no saber nada sobre nosotros mismos, el peso horrible de la Historia sobre tu destino personal, la maldición de no poder o de no saber elegir siempre correctamente.
¿Tienes una máxima como director?
La única máxima que tengo presente como artista es la de trabajar con decoro, dentro de ciertos límites éticos, dirigir o escribir mientras pueda.