Salen de México $13 billones en inversión extranjera

De enero al primero de noviembre de 2021 han salido de México 266 mil millones de pesos (aproximadamente $13 billones de dólares) en inversión extranjera, aseveró Luis Gonzalí, codirector de inversiones de Franklin Templeton.

Como causas, el analista indicó factores como la política monetaria conservadora, alta inflación e iniciativas de reformas como la reforma eléctrica, cuyos cambios generan incertidumbre en la perspectiva económica del país.

"Hay riesgos internos, hay ruido político que hace que el extranjero no vea tan positivo al país y es por eso que retrasar la reforma energética (para 2022), aunque es bueno, genera incertidumbre y eso al inversionista no le gusta", expresó.

Gonzalí agregó que México es el país que ha perdido más flujos de inversión extranjera en el mundo durante los últimos dos años. Aunque el Banco de México (Banxico) ha intentado frenar esa tendencia por medio del aumento de las tasas de interés, el especialista consideró que se necesita hacer más.

"Probablemente lo que podría detenerlos es un Banxico más agresivo, un poco apelar a la ambición del extranjero con más tasas que pueda balancear los riesgos internos del país", comentó.

En octubre, el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por su sigla en inglés) reveló que México es el mercado emergente con la mayor liquidación de bonos de deuda por parte de extranjeros.

De acuerdo con el "Capital Flows Tracker" del IIF, a pesar de los aumentos en el rendimiento de los mercados emergentes, los bonos mexicanos han registrado un mayor cambio de posiciones por 13,868 millones de dólares entre enero y octubre.

Esta tendencia se mantenido durante ocho de los 10 meses del año y no ha logrado reponerse a pesar de los aumentos en el diferencial de tasas impuesto por Banco de México. Sólo en octubre, los extranjeros se deshicieron de 2.252 millones de dólares correspondientes a los bonos de deuda mexicanos.

Luis Gonzalí anticipó que la salida de capitales extranjeros podría aumentar en caso de que se apruebe la reforma eléctrica, al mismo tiempo que la inflación suba más de 6.5%, que el crecimiento económico del país sea menor al 5.5 por ciento y al menos dos calificadoras bajen el grado de inversión del país.