Acusados por contrabando de Texas que dejó 53 migrantes muertos podrían ser condenados a la pena de muerte

Cuatro hombres han sido acusados por grandes jurados federales por su probable vínculo con la operación de contrabando que dejó a 53 migrantes muertos tras quedar atrapados en un remolque bajo el calor de Texas.  

Homero Zamorano Jr, de 46 años, originario de Pasadena (Texas), y Christian Martínez, de 28 años, de Palestine (Texas), fueron acusados cada uno por cargos de conspiración para el transporte de inmigrantes indocumentados que resultó en su muerte, transporte de inmigrantes indocumentados que resultó en su muerte, conspiración para el transporte de inmigrantes indocumentados que resultó en lesiones corporales graves y puso en peligro su vida, así como por el transporte de inmigrantes indocumentados que resultó en lesiones corporales graves y puso en peligro su vida, informó el Departamento de Justicia (DOJ) en un comunicado.

El Departamento de Justicia añadió que los acusados podrían recibir la pena de muerte en caso de ser declarados culpables.

Las autoridades encontraron suficientes pruebas a través de las imágenes de vigilancia y comunicaciones telefónicas obtenidas mediante una orden judicial para relacionar a Zamorano y Martínez con el hecho.

En un inicio, Zamorano fingió ser una de las víctimas después de que la policía lo encontrara escondido en un arbusto cerca del remolque. Poco después fue detenido en el lugar de los hechos.

Además, el Departamento de Justicia también acusó a Juan Claudio D'Luna-Méndez, de 23 años, y a Juan Francisco D'Luna-Bilbao, de 48 años, ambos ciudadanos mexicanos, por posesión de un arma de fuego mientras se encontraban ilegalmente en Estados Unidos. En caso de ser declarados culpables, los hombres podrían enfrentarse a hasta diez años de prisión.

D'Luna-Méndez y D'Luna-Bilbao fueron acusados el mismo día en que los inmigrantes fueron encontrados dentro del camión, después de que las autoridades rastrearan su matrícula hasta una dirección en San Antonio.

El camión fue encontrado en las afueras de San Antonio el 27 de junio después de que un empleado que trabajaba en un edificio cercano denunciara que había oído gritos de auxilio al interior del semirremolque.

Cuando las autoridades llegaron, encontraron a los migrantes, muchos de los cuales ya estaban muertos. La mayoría habían quedado atrapados en el interior del camión sin agua bajo altas temperaturas que oscilaban entre los 90 y los 100 grados.

La mayoría de las personas murieron por golpes de calor y agotamiento. Las víctimas estaban "calientes al tacto", añadieron las autoridades.