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Política

REPORTAJE ESPECIAL: México ¿en camino a la militarización?

ADN América consultó a expertos para explicar el mayor involucramiento de las Fuerzas Armadas en tareas de la administración pública federal

Diciembre 2, 2021 9:37am

Updated: Diciembre 2, 2021 2:54pm

"Como mexicanos es necesario estar unidos en el proyecto de nación que está en marcha. Porque, lejos de las diferencias de pensamiento que pudieran existir, nos une la historia, el amor por la tierra que nos vio nacer y la convicción de que, sólo trabajando en un mismo objetivo, podremos hacer la realidad de México cada día sea más prometedora", expresó el secretario de Defensa de México, general Luis Cresencio Sandoval, durante un discurso con motivo del aniversario de la Revolución.

Las palabras del general despertaron las alarmas en varios sectores. José Miguel Vivanco, director ejecutivo de Human Rights Watch para las Américas, comentó al respecto en Twitter:

Estos dichos también dieron pie a la discusión sobre la relación del gobierno con las Fuerzas Armadas. ADN América consultó a expertos en el tema, a fin de explicar el mayor involucramiento del Ejército y la Marina en tareas de la administración pública federal.

Colapso de las instituciones civiles

Javier Oliva Posada, profesor-investigador en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, considera que el uso de las Fuerzas Armadas por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador responde a preocupaciones políticas.

"Ahora que está a punto de empezar la segunda parte de su sexenio, (López Obrador) se está dando cuenta de que el tiempo podrá no ser suficiente para cumplir con sus planes. Como en cualquier democracia contemporánea, las Fuerzas Armadas no son deliberativas, por eso, debido a su estilo de gobernar, se explica que el presidente se apoye cada vez más en ellos", señaló a ADN América.

Sobre la declaración del secretario Sandoval, el profesor-investigador recuerda que todos los titulares de la Defensa han expresado su apoyo al gobierno. Esto se debe a que el presidente, además de ser el principal mando civil, es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas, lo que implica que es el único habilitado para dar órdenes a los cuerpos militares del país.

"Quien llegue (a la presidencia en 2024) tendrá la libertad de quitarlos. Los militares se subordinan. Hay una prueba de lealtad increíble de los militares hacia el presidente: cuando López Obrador le dijo al general secretario, delante de la prensa: 'dé el nombre del responsable de la política antinarcóticos nacional', fue poner en riesgo a sus subordinados. Pero ¿imaginas que en ese momento el general secretario hubiera dicho 'no' a López Obrador? Esa es la prueba de que el ejército se subordina", recuerda Oliva Posada.

El experto explica que la peculiaridad de los secretarios de Defensa y Marina radica en que, a la par de fungir como secretarios de Estado, son mandos operativos. Sin embargo, esto puede implicarles un mayor desgaste ante las circunstancias que se viven actualmente.

"El personal militar ahora puede tener menos tiempo para estar con su familia, o se exponga a mayores peligros. Esto puede darse debido a que no hay tanto personal militar y no alcanza para tanto. El presidente anunció que los militares también repartirán medicamentos, por lo que me parece que sí existe una sobre exigencia de las Fuerzas Armadas", destaca el profesor de la UNAM.

Proceso de continuación

Para Samuel Storr, consultor del Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana, la actual acumulación de tareas en las Fuerzas Armadas es parte de un proceso iniciado desde el sexenio de Vicente Fox (2000-2006), e intensificado a partir de la gestión de Felipe Calderón (2006-2012).

"Siempre existe la posibilidad de que el poder militar someta a las fuerzas civiles. Creo que por eso ellos dicen que nunca han tomado nada por la fuerza. Nosotros vemos a la militarización de forma muy distinta", menciona el experto en entrevista con ADN América.

Con Calderón, las Fuerzas Armadas comenzaron a especializarse en tareas de seguridad pública. Desde entonces, su influencia se ha extendido hacia otras áreas de la administración pública. Actualmente, encabezan las tareas para la distribución de vacunas contra la COVID-19 o la construcción de obras públicas como el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.

No obstante, su participación en la construcción de la estrategia de seguridad de los últimos gobiernos es clave para entender la extensión actual de las Fuerzas Armadas.

"Tenemos muchos años de que el despliegue militar se propuso como una medida temporal para restablecer el orden. Pero hemos visto que está pasando lo contrario, porque durante todo este tiempo no se han desarrollado las fuerzas civiles. Más bien, ha habido un enfoque destinado a depurar y armar a los militares", considera Storr.

Las Fuerzas Armadas, además, participan de manera cada vez más activa en la formulación de leyes. Salvador Cienfuegos, secretario de Defensa durante el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), se pronunció en varias ocasiones a favor de la Ley de Seguridad Interior. Aunque no se involucró directamente en los cabildeos para aprobar la norma, este fue un primer paso que permite actualmente al general secretario Sandoval escribir su propia reforma para buscar que la Guardia Nacional quede en manos de los militares.

"En Estados Unidos se ha observado que el poder político civil tiene una tendencia para delegar ciertas tareas de seguridad en los militares. Creo que un poco de lo mismo está pasando en México. Cuando piensas en los pocos incentivos que existen a nivel político para invertir en policías, para crear estrategias de seguridad y asegurar que se cumplan, aceptar la ayuda militar —algo que también tiene una presión a nivel político— se convierte en parte de un círculo vicioso", reflexiona el consultor del Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana.

Posibles alternativas

Maria Elena Morera, presidenta de la asociación civil Ciudadanos por una Causa en Común, coincide en que el mayor involucramiento de los militares en la administración pública federal es una decisión política. Sin embargo, alerta sobre la falta de transparencia en los recursos que actualmente manejan los secretarios de Defensa y Marina.

"El Tren Maya, el aeropuerto o la refinería pasan necesariamente por las arcas de las Fuerzas Armadas. Creo que esto tiene que ver con la cantidad de dinero que se está dando y, al final del día, esto es muy peligroso, porque 'En arca abierta, hasta el más santo peca' y aquí no hay transparencia ni rendición de cuentas", advierte en entrevista con ADN América.

La activista recuerda que en las obras de construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México ya se han presentado algunos denuncias de corrupción. Al respecto, indica que pueden surgir problemas más graves si se sigue dotando de recursos sin rendición de cuentas a las Fuerzas Armadas.

"Como en cualquier otro espacio, cuando tu das algo, después no se los vas a poder quitar. Creo que será difícil quitarles las responsabilidades que tienen ahora, aunque también creo que, por tener tantas responsabilidades, no las podrán cumplir. Creo que el próximo presidente puede estar ante la disyuntiva de qué les puede quitar, y qué les va a dejar".

Morera también indica que, a diferencia de lo prometido al inicio del gobierno, los presupuestos destinados a fortalecer las policías se han detenido. Aunque esto ha servido principalmente para formar a la Guardia Nacional, los resultados no han sido los esperados, por lo que propone algunas alternativas para tratar de frenar la mayor incorporación de militares.

Entre las principales, indica que la Guardia Nacional sea destinada a zonas donde hay pocos o no hay policías. También destaca la importancia de fortalecer a las policías locales de todo el país mediante un órgano destinado a profesionalizarlos en sus tareas. Además, considera esencial articular otros factores, como la prevención del delito, la justicia y readaptación social con la seguridad pública y ciudadana.

"Nosotros no estamos en contra de las Fuerzas Armadas. Los respetamos y admiramos, por eso no queremos que los rompan, pues ya son el último bastión que tiene México", concluyó la activista.