Algunas empresas estadounidenses consideran trasladar sus operaciones de China a México

A medida que las empresas estadounidenses buscan alejar la producción de China y el sudeste asiático, México se ha convertido en una alternativa atractiva.  Después de todo, el vecino del sur de EEUU tiene una sólida base de fabricación y un creciente grupo de trabajadores tecnológicos calificados.

Varias empresas se han mudado a México como parte de un proceso conocido como "nearshoring", un término que está cobrando fuerza porque significa mudarse a países vecinos como México en lugar de administrar las operaciones transpacíficas en países extranjeros como China.

Nearshoring se define como “la transferencia de procesos de negocios a empresas en un país cercano, donde ambas partes esperan beneficiarse de una o más de las siguientes dimensiones de proximidad: geográfica, temporal (huso horario), cultural, lingüística, económica, política,  o vínculos históricos”, según la terminología de Comercio Internacional.

En una entrevista reciente con Aljazeera, el CEO de la Asociación Empresarial de Comercio Electrónico de EE. UU. (USBAEC), Tayde Aburto, dijo: “Algunos de nuestros miembros han realizado con éxito el desplazamiento hacia México durante varios años. Alrededor del 5% de nuestros miembros habían adoptado el nearshoring antes de la pandemia", destacó Aburto y envió un mensaje urgente para que el gobierno mexicano anime a las empresas estadounidenses a trasladar a Norteamérica los negocios que traladaron a Asia.

La organización de Aburto también ha aprovechado la mano de obra mexicana. USBAEC contrata regularmente a profesionales de la tecnología de la ciudad mexicana de Morelia para apoyar sus operaciones.

El empresario mexicano-estadounidense indicó que, desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, varias empresas estadounidenses se han reubicado en México con el fin de aprovechar la proximidad a los mercados estadounidenses y la mano de obra relativamente barata. Además, México tiene algunos de los mejores fundamentos económicos de cualquier economía latinoamericana.

"Cuando hay una oportunidad, conectamos a las empresas con proveedores mexicanos que sabemos cuentan con la calidad y la capacidad de responder a las necesidades de las empresas estadounidenses", señaló Aburto.

Pero las condiciones que han llevado a las empresas estadounidenses a deslocalizarse hacia México van mucho más allá de las interrupciones de la cadena de suministro inducidas por la pandemia.

El gobierno de Joe Biden ha impuesto restricciones a varios productos chinos por considerar que contribuyen a la vulneración de los derechos humanos, lo cual se suma a las tensiones preexistentes entre Pekín y Washington.

A medida que las empresas estadounidenses tratan de alejar su producción de China y el sureste asiático, México se ha convertido en una opción cada vez más atractiva. Después de todo, el vecino del sur de Estados Unidos tiene una sólida base de fabricación y una creciente reserva de talento de trabajadores tecnológicos calificados.

Además, forma parte del Acuerdo México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), un pacto de libre comercio que permite el intercambio de bienes libre de impuestos, así como menores costos de transacción en toda Norteamérica.

"Es un país con muchos recursos que estas empresas por fin están reconociendo. El gobierno federal tiene que aprovechar la oportunidad para hacer visibles los puntos fuertes de México", consideró Aburto.

México también puede beneficiarse del aumento del nearshoring. Según el último informe Deloitte Mexico Economic Outlook asevera que la afluencia de empresas estadounidenses "tiene el potencial de ayudar al país a revertir años de lento crecimiento de la inversión y, de hecho, impulsar al país a un mayor crecimiento en los próximos años".

Esto supondría un buen impulso a la economía mexicana, la cual cayó en recesión a finales de 2021 tras contraerse durante dos trimestres consecutivos.

La secretaria de Economía mexicana, Tatiana Clouthier, ha promovido al país como posible ubicación para la fabricación de diversos bienes que no se producían antes en el país azteca, como suministros médicos, piezas aeroespaciales y chips semiconductores, esenciales para la fabricación de automóviles y que actualmente escasean a nivel mundial.

El banquero mexicano y asesor de la USBAEC, Sergio C. Muñoz, comparte las ideas de Clouthier, pero también ha pedido al gobierno mexicano que construya más infraestructuras empresariales en las ciudades que no son el centro de operaciones, con el fin de proporcionar al nearshoring una seria ventaja competitiva.

"Si has deslocalizado a ciudades que no son CDMX [Ciudad de México], Guadalajara y Monterrey, por ejemplo, y necesitas que tu empleado tenga internet 5G para hacer el trabajo, para transferir archivos pesados, y el gobierno no ha invertido en la infraestructura recientemente, ¿por qué vas a hacer el gasto de dotar de equipos caros a alguien que no va a poder utilizarlos?", cuestionó.

"El gobierno debe priorizar la provisión de una infraestructura adecuada para que los trabajadores mexicanos puedan operar al mismo nivel que lo harían si estuvieran en Palo Alto", añadió Muñoz.

Pero Aburto sigue convencido de que el nearshoring seguirá aumentando, y señaló que su organización fue contactada recientemente por una empresa que traslada su producción de Corea hacia México.

"Han enviado sus productos desde Corea a un puerto en Europa, y luego desde Europa a Sudamérica y también a Estados Unidos", aunque ahora "están trasladando ese centro de distribución de Europa a México".

"Con todos los problemas logísticos, de explotación y medioambientales que hay en Asia, [el nearshoring] se antoja como una súper oportunidad para que México y la juventud mexicana educada se suban a la escalera del crecimiento económico en los próximos diez años. Ruego al gobierno mexicano que apoye a la próxima generación con todos los recursos que necesitan para tener éxito", solicitó Muñoz.