Florida: Niño de 8 años mata a bebé de un año y hiere a otra niña con la pistola de su padre

Un niño de ocho años que jugaba con la pistola de su padre en la habitación de un hotel de Florida el sábado, mató accidentalmente a una niña de un año e hirió a otra de dos años, ambas hijas de la novia del padre, según confirmaron las autoridades.

El tiroteo ocurrió en el Lion’s Motel de Pensacola, cuando Roderick Dwayne Randall, de 45 años, dejó su arma enfundada en el armario de la habitación donde se hospedaban.

Cuando Randall salió del cuarto, el menor encontró el arma y “empezó a jugar con ella”, disparando una bala que mató a la bebé e impactó en la otra niña pequeña.

Los investigadores alegaron que el hombre intentó encubrir el incidente sacando el arma y las drogas sospechosas de la habitación antes de que los agentes llegaran a la escena, informó ABC News.

Randall fue acusado de un cargo por posesión de un arma de fuego, dos cargos de negligencia por almacenar un arma de fuego a poca distancia de un menor con resultado de lesiones, manipulación de pruebas y no almacenar un arma de fuego de la manera requerida.

Las autoridades información que el hombre fue detenido y, posteriormente, puesto en libertad bajo una fianza de 41.000 dólares.

Los familiares de la niña muerta la identificaron como Kacey Bass. La madre no fue acusada tras el incidente.

Este sucedo se produce después de una serie de tiroteos que han conmocionado al país en lo que va de año y tras la aprobación de una ley para regular las armas de fuego en Estados Unidos.

“Aunque esta legislación no incluye todo lo que quiero, sí incluye medidas que he pedido durante mucho tiempo y que salvarán vidas", dijo Biden en la Casa Blanca luego de firmar el proyecto de ley.

El proyecto exigirá mayores verificaciones de antecedentes para los compradores de armas más jóvenes, mantendrá las armas fuera del alcance de delincuentes acusados de violencia doméstica y ayudará a los estados a implementar leyes que faciliten a las autoridades quitarles las armas a personas consideradas peligrosas.

Parte de su costo de 13.000 millones de dólares ayudará también a reforzar programas de salud mental y la seguridad en las escuelas.