El "Team Asere" o cómo convertir el revés en victoria según la dictadura cubana

El Granma,  vocero de la dictadura castrista, arremete contra el exilio cubano, tratando de justificar y dimensionar la actuación del equipo de Cuba en el Clásico Mundial de Beisbol, usando su acostumbrado arsenal de argumentos falsos.

El libelo castrista asegura que la presencia en la capital del exilio del equipo cubano representa “la derrota de los renegados miamenses ante el Team Asere”.

“Cada día crece el apoyo a una mejoría en las relaciones de Estados Unidos con la Isla”, asegura Granma. Y agrega que el exilio cubano busca “intentar evadir el fracaso de los intentos por tratar de que la selección de la alegre familia cubana no brille —como lo ha hecho hasta ahora— en el gran evento”.

Pero ajustándonos a los hechos, es el Granma quien evade la realidad. El equipo, si bien está por segunda vez en la historia del evento en semifinales, luego de sonados fracasos, Clásico tras Clásico, ha tenido hasta ahora una actuación mediocre en un grupo en el que no tuvo que chocar con ninguno de los equipos fuertes: le ganaron al débil Panamá 13-4 y lograron la clasificación a cuartos de final derrotando a China Taipei 7-1.

En un grupo que pareció muy disputado, debido a que todos terminaron con 2-2, más por la mediocridad de sus participantes que por la calidad del beisbol. Y como todo en la vida, por cosas de las matemáticas y las estadísticas, terminaron como primeros de su grupo y evadieron al poderoso Japón, para ir a cuartos de final y alcanzar una sufrida victoria ante Australia, un equipo sin ninguna tradición beisbolera, por 4-3.

La clasificación a semifinales hizo estallar el triunfalismo del castrismo, y olvidar que habían perdido con otros dos equipos que representan a naciones ajenas al beisbol: con Italia 6-3 y con Países Bajos 4-2.

¿Qué pasará cuando choque el Team Asere con el ganador del juego entre Estados Unidos y Venezuela? En el beisbol cualquiera puede ganar un juego y contradecir la lógica. Pero esa misma lógica indica que cualquiera de esos dos equipos, al menos en el papel, debe pasar por encima del equipo Cuba.

Venezuela clasificó invicto en el grupo de la muerte, en el que Cuba no hubiera sobrevivido, derrotando inobjetablemente a Puerto Rico, Dominicana, Nicaragua e Israel. Mientras Estados Unidos terminó segundo con 3-1 derrotando a Canadá, Colombia y Gran Bretaña, y cayendo ante México. México, fue líder del grupo, también con 3-1, tras caer ante Colombia 5-4, el mismo Colombia que perdería 3-2 con Estados Unidos.

El Granma evade el hecho de que el exilio no está contra el equipo de beisbol, sino contra lo que este equipo en sí mismo representa.

Como dijo Orlando Gutiérrez-Boronat, de la Asamblea de la Resistencia Democrática, “nuestra protesta y nuestro rechazo a ese régimen que está desgobernando a Cuba y oprimiendo a Cuba y la pelota, la pelota es tan cubana como las palmas”.

Lo que evade el Granma es que el exilio reclama que el equipo represente a una tiranía que tiene las cárceles llenas de presos políticos en su mayoría jóvenes y hasta niños por protestar pacíficamente pidiendo libertad durante la rebelión popular del 11 de julio de 2021.

El Granma califica de “Aguerrida, valiente y victoriosa la unión forjada entre peloteros que viven en Cuba y Estados Unidos”, pero lo que evade es que el exilio repudia que el castrismo trate de ocultar que hasta hace muy poco los jugadores de beisbol que se iban de la isla para jugar como profesionales eran calificados por ese mismo periódico como desertores, apátridas y otras lindezas, y les impedía regresar a la isla.

Lo que el Granma evade decir es que, aunque Yoan Moncada diga que está “cumpliendo un deseo de muchos años, representar a su país, porque soy cubano”, los mejores jugadores de Cuba en Grandes Ligas tuvieron la dignidad de negarse a jugar en ese equipo , porque no es el equipo de Cuba, sino el equipo de la dictadura.

El Granma habla del entusiasta público reunido en el portal del cine habanero Yara, (…) en una explosión de júbilo”, pero lo que no dice es que dos decenas de aficionados al deporte nacional, no reflejan el sentimiento de una nación que no tiene nada que celebrar sumida en la miseria más absoluta y la represión más cruel. Argentina detestaba a la dictadura que los gobernaba y explotó de júbilo cuando ganaron el mundial en 1978. Los tiranos saben manejar muy bien el pan y el circo, a la dictadura cubana, a diferencia de la argentina, solo les queda el circo.

Dice el Granma que el Team Asere “desbarató los malsanos intentos por hacerlo fracasar, y no permitirle debutar en el certamen. Recordemos entre las agresivas 243 medidas de Donald Trump contra nuestra tierra, la de anular el Acuerdo entre la MLB y la Federación Cubana de Beisbol para que, sin la obligación de renegar de su condición de cubano, nuestros peloteros pudieran jugar en la Gran Carpa”. Pero evade decir que los peloteros cubanos pierden su condición de cubanos, como todos los que se van, porque el gobierno comunista les quita esa condición cuando dejan de vivir en la isla, y les exige un permiso para entrar al país. Porque la dictadura se arroga el derecho de decidir quién es cubano y quién no. Y que cubano puede entrar al país, y  que cubano no.

Y el Granma, la voz impresa del castrismo, llama, al resto de los peloteros cubanos que no quisieron ser parte del equipo de la dictadura, “pequeño grupo de resentidos”, que quisieron “crear un supuesto equipo Cuba «independiente», sin participación de la Federación Cubana, para representar al país en el V Clásico”. Y evade decir que no son supuestos, son independientes. Quienes no son independientes son los miembros del Team Asere.

Dice el Granma que “podrá la reacción en Miami mostrar su inconformidad, provocada por su derrota, pero muchos más serán los que vayan a apoyar al Team Asere”. Eso, lamentablemente, no va a pasar. Y el Granma y la tiranía lo saben.

“La familia cubana alegre del béisbol. tiene respuesta: la decisión de vencer”, dice el Granma, y traza el camino. Gane o pierda el Team Asere el domingo en su juego de semifinal contra Venezuela o Estados Unidos, la dictadura cubana convertirá el revés en victoria.

Si ganan, la victoria de la propaganda comunista estará en éxtasis, si los eliminan, la derrota será convertida en el triunfalismo castrista, en un Team Asere que puso en alto los valores del beisbol cubano frente al acoso del exilio mercenario. Un exilio mercenario en el que están los mejores jugadores de beisbol de Cuba.

Y por cierto, el cubano que más está brillando en el Clásico se llama Randy Arozarena, y juega por México, equipo que este viernes clasificó a semifinal, eliminando al trabuco de Puerto Rico, con una gran jugada defensiva del cubano.

La realidad, es que cuando los jugadores del Team Asere llegan al aeropuerto de Miami cargados de la pacotilla capitalista, y salen al terreno de beisbol con el traje más feo y pobre del Clásico, reflejan la verdadera naturaleza del régimen al que representan.