Gastronomía
Abrirán en Miami un restaurante inspirado en Fidel Castro y el Che Guevara
Febrero 9, 2022 1:52pm
Updated: Febrero 9, 2022 2:04pm
El restaurante Café Habana, que abrió inicialmente en la ciudad de Nueva York en 1998 , tiene planeado abrir una franquicia en el downtown de Miami, según dio a conocer el periódico el Nuevo Herald. Sin embargo, a pesar de que la apertura está planeada para la mitad del 2022, lo que sí abrió la llegada de este restaurante a Miami fue la polémica. Y es que la idea de la creación de Café Habana, según sus creadores, surgió inspirada en la figura del dictador cubano Fidel Castro y del argentino Ernesto “Che” Guevara, conocido entre los cubanos exiliados como “el carnicero de la Cabaña”, por su papel en los fusilamientos sumarios en esa prisión habanera.
Según el Nuevo Herald, Café Habana promocionaba en su página de internet que la historia de su creación estuvo inspirada en “un histórico local de Ciudad México, donde la leyenda cuenta que el Che Guevara y Fidel Castro tramaron la Revolución Cubana”.
Pero en realidad este restaurante abierto en Nueva York debe ser, en todo caso, una franquicia o una imitación del Café La Habana (Sean Meenan, el dueño del de Nueva York le quitó el artículo que lleva el nombre de la capital cubana, con la obvia intención de americanizarlo), que está en la capital mexicana, y que fue fundado en l952, tres años antes de la llegada de Fidel Castro a la capital mexicana en 1955, en la esquina de Bucareli y Morelos, en la colonia Juárez de la delegación Cuauhtémoc.
Más allá de la leyenda que cuenta que Fidel Castro y el Che Guevara visitaron el lugar varias veces, eso de que planearon la revolución comunista en el lugar parece más una fantasía que una verdad histórica. Si hay algún lugar en el que se elucubró la mal llamada Revolución Cubana, ese fue la casa del mexicano Arsacio Vanegas, en la calle Penitenciaria, muy cerca del centro de la Ciudad de México, donde vivieron Fidel, Raúl y el Che, y que fue centro de acopio de armas.
El Café La Habana de la Ciudad de México nada tenía ni tiene que ver con la capital cubana, a excepción del nombre, y mucho menos con su comida. Al parecer le resultaba atractivo a Fidel Castro, porque era un lugar en el que se podía tomar un café fuerte al estilo cubano, sin embargo, de las visitas ocasionales no hay constancia.
Años después, el Café La Habana fue lugar de refugio para periodistas y escritores como Octavio Paz, García Márquez y Roberto Bolaño.
El Café Habana de Nueva York se promociona como un restaurante especializado en una fusión de comida cubana y mexicana, otra fantasía, porque si hay algo difícil de fusionar es la sazón de los cubanos con la de los mexicanos, sobre todo por el uso de las salsas picantes en la comida azteca, algo ajeno al paladar de los cubanos.
Más allá de la provocación política que significa abrir en Miami un restaurante diciendo que su creación “está basada en la tradición revolucionaria comunista”, el éxito empresarial de Café Habana, en su versión miamense, parece destinada a un rotundo fracaso, primero, porque en lo gastronómico está difícil que su menú tenga éxito más allá del snob neoyorkino (quien va a querer comer en sándwich cubano allí, cuando son exquisitos en cualquier esquina de Miami), y segundo, porque los cubanos de Miami se encargarán de hacerles saber que nada que tenga que ver con el castrismo es bienvenido en la ciudad, tal y como lo reflejan las reacciones en redes sociales que ha tenido la noticia de la apertura de este lugar.