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Crimen y Corrupción

Anciana de 81 años condenada a cadena perpetua por el asesinato de la amante de su pareja

Yvonne Menke, madre de cuatro hijos, fue baleada por Mary Jo Bailey en el momento en que se disponía a subir a su coche para dirigirse al trabajo en  la madrugada.

Anciana asesina condenada
Acusada | Captura de pantalla

Julio 4, 2024 1:18am

Updated: Julio 4, 2024 9:08am

Mary Jo Bailey, una anciana de 81 años, ha sido condenada a cadena perpetua tras ser declarada culpable del asesinato de Yvonne Menke, un crimen ocurrido en 1985 que permaneció sin resolverse durante más de tres décadas.

El caso, que ha capturado la atención de la opinión pública, no solo por su tardía resolución, sino también por los oscuros detalles de un triángulo amoroso que culminó en tragedia, fue reabierto recientemente por las autoridades estadounidenses, para culminar en una sentencia histórica.

La sentencia fue pronunciada en el Palacio de Justicia del Condado de Polk por el juez Scott Nordstrand. Según una ley del estado de Wisconsin vigente en el momento del asesinato, Nordstrand no pudo alterar la pena mínima de 19 años antes de que Bailey fuera elegible para libertad condicional. Sin embargo, expresó con firmeza que, de haber tenido la opción, no habría permitido la posibilidad de libertad condicional. “Este crimen fue brutal y terrorífico, frío y calculado”, declaró Nordstrand durante la audiencia.

El día del asesinato, el 12 de diciembre de 1985, Yvonne Menke, madre de cuatro hijos, fue baleada por Baileyen el momento en que se disponía a subir a su coche para dirigirse al trabajo en  la madrugada. La investigación inicial, que se basó en testimonios y pruebas físicas, como las huellas de las botas, que coincidían con las de Bailey, y una nota en el bolso de Menke con la información del coche de la sospechosa, condujo a la acusación formal de Bailey.

Durante el juicio, el fiscal del Distrito de Polk, Jeff Kemp,  reveló un triángulo amoroso entre Bailey, Menke y Jack Owen. Según Kemp, Owen alternaba su tiempo entre ambas mujeres, situación que eventualmente llevó a Menke a exigir una exclusividad que desplazara a Bailey de su vida, presionándolo al punto de cometer el asesinato.

Un testimonio crucial fue el de Julie Connors, una de las hijas de Menke, quien relató cómo, el día anterior al asesinato, una mujer llamó preguntando a qué hora saldría su madre para el trabajo. Con el tiempo, Connors llegó a la conclusión de que la persona al teléfono era la asesina de su madre. “Siento que la persona que llamó fue la que mató a mi mamá, y le dije todo lo que necesitaba saber para hacerlo”, declaró Connors.

La defensa de Bailey argumentó la falta de evidencia directa, incluida la ausencia de pruebas de ADN, y sugirió que el caso se basaba en rumores e insinuaciones. Sin embargo, el jurado encontró las pruebas circunstanciales y testimonios lo suficientemente convincentes para declarar a Bailey culpable.

El veredicto trajo cierto alivio a la familia de Menke, quienes habían esperado justicia durante mucho tiempo. “Esperamos mucho tiempo para ver justicia”, dijo James Menke Jr. a la cadena KWTX. “Ella tuvo su vida, nosotros no pudimos vivir la nuestra completamente. Es lo más cercano a la justicia que podemos conseguir”, añadió Connors.

A sus 81 años, Mary Jo Bailey enfrenta una vida en prisión, con una tenue posibilidad de libertad condicional en casi dos décadas.