Comerciante de EEUU condenado a casi 19 años por narcotráfico en alianza con el sanguinario Cártel Jalisco Nueva Generación

Un hombre de 56 años, dedicado a la importación de sustancias químicas en el estado de California, fue condenado este viernes a purgar una pena de 18 años y 8 meses tras las rejas de una prisión federal, luego de ser hallado culpable por un jurado de cargos vinculados al tráfico de metanfetaminas y lavado de capitales.

Así lo anunció el Departamento de Justicia de Estados Unidos en un comunicado, donde se detalla que Javier Algredo Vázquez, residente en Nueva York, fue declarado culpable en julio de 2023 por conspirar para fabricar y distribuir metanfetamina en territorio estadounidense, entre otros delitos.

De acuerdo con la acusación, Algredo Vázquez adquiría sustancias químicas, incluyendo metilamina utilizada en la elaboración de la metanfetamina, para posteriormente entregarlas al temible Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los grupos del narcotráfico más poderosos y violentos de México.

Las autoridades determinaron que el ahora condenado importó desde Estados Unidos más de 5 millones de kilogramos de compuestos químicos hacia la nación azteca, incluyendo precursores suficientes para producir más de 700 millones de dosis de metanfetamina y más de 2,000 millones de dosis de fentanilo, el letal opioide sintético.

Pero no solo eso, Algredo Vázquez también transfirió millones de dólares desde suelo estadounidense a proveedores de productos químicos en China e India, con el fin de adquirir los insumos necesarios para abastecer las operaciones del CJNG.

"El Cártel de Jalisco Nueva Generación, con sede en el estado de Jalisco en México, es uno de los carteles de la droga más grandes, peligrosos y prolíficos de México y es responsable del transporte de grandes cantidades de metanfetamina, fentanilo y otras drogas a Estados Unidos", destacó el Departamento de Justicia.

La investigación que llevó a la condena de Algredo Vázquez fue liderada por agentes de la DEA en Los Ángeles y de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) en Houston, Texas, con la asistencia del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos.

Este caso representa un duro golpe en la lucha contra las organizaciones criminales transnacionales dedicadas al tráfico de estupefacientes y sus redes de abastecimiento de precursores químicos, un esfuerzo que requiere de una estrecha colaboración entre las agencias policiales y de inteligencia en ambos lados de la frontera.