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Salud

Una pareja tuvo sexo dentro de un escáner de resonancia magnética: ¡todo en nombre de la ciencia!

Hace 33 años, un grupo de investigadores tomaron imágenes de resonancia magnética (IRM) de los genitales masculinos y femeninos durante las relaciones sexuales y publicaron los resultados

Una pareja tuvo sexo dentro de un escáner de resonancia magnética: ¡todo en nombre de la ciencia!
Una pareja tuvo sexo dentro de un escáner de resonancia magnética: ¡todo en nombre de la ciencia! | Shutterstock

Abril 4, 2023 1:17pm

Updated: Abril 4, 2023 1:33pm

En 1991, la revista  British Medical Journal  (BMJ) publicó el que posiblemente sea su "artículo científico más descargado". Se titulaba "Imágenes por resonancia magnética de genitales masculinos y femeninos durante el coito y la excitación sexual femenina".

Sus principales hallazgos, basados en 13 experimentos realizados con ocho parejas y tres mujeres, indicaban que durante el coito en la "posición del misionero" el pene no está recto ni tiene forma de "S" como se habían pensado anteriormente por Masters y Johnson, los protagonistas de la serie Masters of Sex , sino que se posiciona, de hecho, en forma de boomerang . Además, concluía, durante la excitación sexual femenina, el tamaño del útero no aumenta, como se había informado anteriormente.

Los investigadores concluyeron que tomar imágenes de resonancia magnética (IRM) de los genitales masculinos y femeninos durante las relaciones sexuales es factible y aumenta nuestro conocimiento de la anatomía.

Aunque en su primer año la investigación recogió el premio IgNobel de medicina, en ese momento, nadie en "The BMJ" pensaba que el estudio fuera particularmente útil clínica o científicamente, pero contenía "una imagen impactante usando una nueva tecnología, y todos estuvieron de acuerdo en que los lectores podrían estar interesados en verlo", escribe Tony Delamothe, exeditor de la revista.

Delamothe además se pregunta por qué, este hallazgo, atrajo en masa a los lectores. Sugiere que la posibilidad de ver un coito en la pantalla (gratis) era la atracción, incluso si todo lo que se ofrecía era una serie de fotografías fijas en blanco y negro. "Si esa es la explicación, es difícil pensar un tiempo tan inocente, dadas las ofertas explícitas que hay actualmente de pornografía".

Además, el artículo ha tenido vida propia durante estos años. La comunidad científica empezó a publicar comentarios en línea inmediatamente después de la publicación. Por ejemplo, que «"on las dimensiones de un tubo de resonancia magnética de 50 cm era poco probable que permitieran una inclinación suficiente de la pelvis femenina para permitir la verdadera ‘posición del misionero" o que, debido el pene erecto se ajusta "en cierta medida a cualquier posición en la que se coloca, significa que sin datos relacionados con la posición de la pelvis femenina en este estudio, cualquier afirmación sobre la verdadera forma del pene durante el coito en la 'posición misionera' carece de fundamente".

Mientras tanto, los autores esperaban con ansias la siguiente generación de escáneres de resonancia magnética de "mayores dimensiones", que darían a los voluntarios más espacio "y nos permitirían revisar la situación".

Y, aunque la base de datos PubMed enumera 130 citas del artículo, hay pocos indicios de que otros equipos de investigación siguieran este camino.

Los premios IgNobel se otorgan a artículos que hacen reír y, luego, pensar. Cuánto pensamiento ha ocasionado este artículo desde su publicación es discutible, reconoce Delamothe. Pero todavía sigue haciendo sonreír a la gente, para disgusto de una de sus autora, y participante, Ida Sabelis, ahora profesora de antropología en la Universidad de Ámsterdam. Ella asegura que sus amigos y familiares aún se ríen del estudio, "a pesar de que muchos son adultos formación universitaria que se acercan a la jubilación".

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