La historia de 3 hermanos abandonados, padres desaparecidos y un misterio que duró 40 años

El 22 de abril de 1984, los hermanos Elvira (de 2 años entonces), Ricard (4) y Ramón (6) fueron llevados en un Mercedes-Benz conducido por el amigo francés de su padre, Denis, a una gran terminal ferroviaria de Barcelona, según reseñó The Guardian. 

Desnis estacionó cerca de la moderna Estación de Francia y acompañó a los niños a un vestíbulo que tenía suelos de mármol estampados y adornado por dos cúpulas de cristal. Estando en el lugar, le dijo a los pequeños que esperaran mientras compraba dulces, pero nunca más regresó.

Aquí es donde empieza un misterio que durará 40 años. La historia salió a la luz 37 años después, en marzo de 2021, cuando Elvira fue al programa Islandia de la cadena RAC1 y contó su testimonio, que luego fue replicado por la prensa nacional e internacional.

¿Qué fue lo que pasó ese 22 de abril? Elvira relató que ese día la policía pensó que ella y sus hermanos simplemente estaban perdidos, ya que vestían ropa de marca y estaban bien alimentados.

Los niños solo pudieron explicar que vivían en París y que desde su ventana veían una parte de la Tour Eiffel, pero no podían recordar el nombre de sus padres. Al ver que no existía pedido de búsqueda de tres hermanos pequeños, la policía decidió llevarlos esa noche al orfanato de Barcelona.

En ese entonces, los casos de búsqueda eran más lentos. Elvira, Ricard y Ramón estaban abandonados a su suerte y nadie, en todo el continente europeo, reclamaba su desaparición. 

Durante el mes de mayo, una psicóloga llamada Marisa Menera vio la foto de los tres menores guindada en un corcho de una oficina de Servicios Sociales. Marisa y su esposo Lluís Moral, que era docente para chicos con problemas, decidieron cuidarlos temporalmente.

Marina intentó hacerlos recordar, pero los niños solo hablaban sobre ropa y autos de lujos como un Porsch negro, un Jaguar verde agrisado y un Mercedes Benz blanco. Incluso, un día en las vacaciones de verano, Elvira gritó: “¡Llegó papá!”, luego de ver un Mercedes blanco.

En 1986, Marina y Lluís adoptaron formalmente a los hermanos. Cuando llegaron a la adolescencia, las preguntas comenzaron a surgir: “¿Quiénes son nuestros padres biológicos? ¿Por qué nos abandonaron? ¿Vendrían un día a tocar el timbre?”

Elvira siempre fue la más insistente y les pedía a sus hermanos detalles de sus vidas, pero siempre recordaban lo mismo: París, un señor manejando un carro de lujo y una señora mayor vestida de negro que los obligaba a tomar leche.

Cuando Elvira cumplió 18 años, su padre adoptivo murió. Comenzó una relación con un diseñador de lentes llamado Marcos y quedó embarazada en 2014. Esta nueva etapa despertó en ella nuevas necesidades de conocer la identidad de sus padres biológicos. Fue entonces cuando en 2020 recurrió a empresas de ADN, pero solo hubo unas pocas coincidencias en Francia.

Un par de meses después, Marina reunió a sus hijos adoptivos para confesarles que desde años ella y Lluís creyeron que eran hijos de un mafioso francés llamado Raymond Vaccarizzi y una exprostituta francesa llamada Antoinette, pero Ramón, quien para este momento ya tenía 44 años, estaba casado y tenía una hija, no le convenció la hipótesis, aunque admitió recordar anécdotas de su vida donde había sangre y armas.

Elvira tomó la decisión de dar la entrevista en el programa Islandia el 21 de marzo de 2021. Cuando la historia comenzó a viralizarse, se crearon grupos en las redes sociales para ayudar a los tres hermanos a conocer su vida.

A través de una plataforma, una criminóloga forense llamada Montse del Río y Carmen Pastor, una aficionada a la criminología, le pidieron a Elvira sus exámenes de ADN. Encontraron coincidencias de 1.4% con una mujer lejana que, después de ser contactada, confesó haber escuchado en su casa la historia de tres niños desaparecidos.  

El 15 de mayo, Carmen llamó a Elvira diciendo que había noticias: “Creo que encontré algo de tu familia”, le anticipó. Luego volvió a comunicarse con ella para decirle: “Acabo de hablar con un primo segundo tuyo”.

Durante una reunión de chat virtual con primos y tíos, los tres hermanos supieron finalmente que su padre se llamada Ramón Martos Sánchez, nacido en Sevilla en 1947; y su madre Rosario Cuetos Cruz (1949), era de Puerta de Segura. Al momento del abandono de sus hijos, tenían 34 y 35 años, respectivamente.

Las tías comenzaron a mostrar fotos de los tres cuando eran pequeños. Ramón de pronto gritó: “¡La mujer del vaso de leche!”, quien resultó ser su abuela llamada Inés que murió en 2013.

Aunque ya sabían los nombres de sus padres, no sabían la razón del abandono. La familia confesó que no volvieron a saber de ellos desde 1983 y que no tenían idea de que pudo haber sucedido.

El padre tenía seis hermanos, y solo Luisa seguía viva. Así que los tres hermanos fueron a buscar a su tía a Madrid, donde les contó que su padre se había convertido en un ladrón buscado que había sido arrestado por un tiempo en 1973. El 1978, escapó junto a Rosario a París.

La pareja tuvo tres hijos. Al principio enviaban fotos y cartas a sus familiares en Madrid, pero como Ramón se dedicó al fraude, la falsificación de billetes y de joyas y los asaltos armados a bancos, decidió que se interrumpieran las comunicaciones.

Al fin los tres hermanos conocieron parte de su historia, pero nunca se supo qué sucedió para que sus padres decidieran abandonarlos; lo que sí parece, es que su vida al menos fue más segura y feliz, con sus padres adoptivos.