Ejército documentó 6 contactos del Estado Islámico con ciudadanos mexicanos

México fue sede de operaciones presuntamente vinculadas con el grupo terrorista Estado Islámico, según documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) filtrados por el grupo de hackers Guacamaya.

Los documentos apuntan que presuntos terroristas reclutaron a ciudadanos mexicanos, dentro del país azteca o desde el extranjero. Los involucrados participaron posteriormente en atentados en Europa, fueron detenidos o abatidos, afirma la información citada por Milenio.

El referido medio destacó el caso de un hombre de origen iraquí que vivía en el estado de Guanajuato. Ante sus supuestos vínculos con el Estado Islámico, fue localizado, neutralizado e interrogado.

Al ser interceptado por autoridades mexicanas, el sujeto justificó las decapitaciones perpetradas por el grupo terrorista, e incluso consideró que Al Qaeda era un "proyecto perfecto y alineado al Corán" durante el liderazgo de Osama Bin Laden.

Además, reconoció que ayudó de 30 a 40 extranjeros, a quienes apoyó en su traslado a zonas de conflicto yihadista en Siria, con el fin de unirse al Estado Islámico. Entre los hombres que habría asistido, se encuentran un ciudadano sueco y un egipcio que fue "neutralizado" por el gobierno de su país debido a sus "intenciones suicidas", mencionan los documentos.

En enero de 2017, medios internacionales también reportaron que la Guardia Civil española detuvo en Madrid a una mujer de 38 años, nacida en la ciudad mexicana de Monterrey, a quien acusó de actividades de adoctrinamiento y enaltecimiento terrorista.

Previamente, un informe del instituto de inteligencia Soufan Group señaló que más de 150 mexicanos se habían unido a las filas del Estado Islámico. El estudio, además, consideró a América Latina como un área de reclutamiento y, principalmente, de entrenamiento de futuros terroristas.

La cementera francesa Lafarge se declaró este martes culpable de pagar millones de dólares al Estado Islámico para permitir que una de sus plantas en Siria siguiera operando, un caso que el Departamento de Justicia estadounidense destacó como el primero en su tipo.