Anastasia Lechtchenko, la joven que le sacó el corazón a su mamá “por ser una bruja”

La joven de origen ruso Anastasia Lechtchenko causó gran conmoción en México en 2015, año en el que decidió contar cómo y por qué descuartizó a su madre y a su hermana. La historia del crimen volvió a ser tendencia esta semana tras su publicación en varios medios como Semana e Infobae.

Los padres de Anastasia se conocieron cuando trabajaban como gimnastas en el Circo Ruso. Juntos decidieron mudarse a la ciudad mexicana de San Luis Potosí, donde nació la joven, pero pronto se instalaron en Tijuana, según recoge la revista Semana.

El crimen fue descubierto después de que el novio y una amiga de Anastasia la denunciaran ante las autoridades, tras ella haberles confesado los asesinatos.

Una noche de 2015, Anastasia fue detenida por la policía y presentada como una “joven rusa” que asesinó a su madre Yuliya Masney, de 47 años, y a su hermana menor Valeria, de 11 años, en la ciudad de Tijuana, Baja California.

Anastasia, en ese entonces de 19 años, confesó haber decapitado y desmembrado a sus familiares “porque sentía piquetes en la espalda y pulsaciones en el cuerpo que no la dejaban dormir”.

“Tenía tiempo que mi mamá se dedicaba a la brujería y mi hermana era una muñeca, su aliada y títere. Y para que no continuaran con esos trabajos, había que matarlas. Para matar a una bruja, a ese espíritu maligno, hay que cortarle partes inferiores”, dijo la joven ante el tribunal, de acuerdo con el relato de Infobae.

La Fiscalía aseguró que Anastasia consultó páginas de Internet que explicaban supuestamente cómo se debía matar a una bruja y cómo desmembrar un cuerpo. Yuliya fue encontrada sin su corazón y Valeria sin sus ojos.

Ambos cuerpos fueron hallados en el interior de su vivienda por agentes de la Unidad de Homicidios Dolosos, de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California.

Los medios destacaron en ese momento que Anastasia estaba completamente drogada cuando llegó a casa. En medio de una discusión, tomó un cuchillo y descuartizó a su madre y luego a su hermana menor, diagnosticada con una discapacidad múltiple.

Pese a la confesión, la juez Quinto de lo Penal, Ana Flores, dijo que no había suficientes pruebas para detenerla, lo que causó consternación entre los ciudadanos de Tijuana. Además, se encontró ADN de un hombre, nunca identificado, en las bolsas de plástico y cuchillos, y los cuerpos no tenían huellas de Anastasia.

Desde prisión, la joven perdía la consciencia de lo sucedido y reconoció haber llamado por teléfono a su madre en varias ocasiones. No volvía en sí hasta que su padre, Igor Lechtchenko, le recordaba que estaba siendo acusada por la muerte de su mamá y hermana.

Aún así, la Justicia condenó a la joven a 80 años de cárcel por el matricidio y el espeluznante crimen de su hermana de 11 años.