Veronique Courjault, la “mamá sin alma” que asesinó a sus bebés y los escondió en el congelador

Cuando Veronique Courjault estaba de vacaciones en Francia con sus dos hijos mayores, su esposo Jean-Louis Courjault se quedó solo en su casa de Seúl, capital de Corea del Sur, y descubrió un terrible crimen que lo dejó en shock.

El 23 de julio de 2006, Jean-Louis recibió un regalo para una receta de comida oriental. “Abrí el freezer de mi casa que tenía muchos cajones”, relató inicialmente el ingeniero automotriz frente a un Tribunal. 

“Abro el primer cajón, era un desastre que no me gustaba y quería organizar todo esto. Abro el segundo cajón y estaba igual, el tercero igual, abro el cuarto…”, continuó relatando el hombre, quien luchó por encontrar las palabras para describir el horror que sintió al hallar dos cuerpos de recién nacidos. Aún no sabía que eran sus hijos ni que fueron asesinados por su esposa.  

El hombre intentó llamar a la policía, pero en medio de su conmoción, decidió llamar a un compañero de trabajo coreano que se encargó de avisar a los agentes. No llamó a Veronique ya que era de noche en Francia y no quería molestar a su familia.

Jean-Louis le dijo a M. Kim, un exmilitar que combatió en la guerra de Vietnam y que trabajaba como guardia nocturno en el edificio de los Courjault, que debía enseñarle algo. 

“Entonces me muestra el contenido y me dijo: ´¡Fíjese, hay dos bebés!´”, contó M. Kim ante el Tribunal, agregando que al principio pensó que eran cuerpos de pollos.

Veronique, quien ya se encontraba bajo custodia federal, le confesó todo a su esposo el 12 de octubre de 2006, tres meses después del horrible descubrimiento.

El caso se vuelve rápidamente viral en la prensa francesa y Veronique es apodada como “la mamá sin alma”. La mujer también confesó que había matado en 1999 a otro de sus hijos recién nacido y lo había quemado.

En ese momento, su esposo la abrazó y le dijo al oído: “Te sigo queriendo. Sé fuerte, estoy contigo”.

La mujer dijo que se sintió aliviada cuando Jean-Louis le contó lo que había encontrado en el congelador, y no sabía cómo decirle que se trataban de sus dos hijos recién nacidos.

“Casi te lo digo esa primera noche, pero no pude. No tuve las fuerzas para hacerlo”, le dice Veronique a su esposo en el Tribunal mientras lo mira directo a los ojos. Al principio, la acusada dijo que los había estrangulado, pero la autopsia arrojó que fallecieron asfixiados.

La mujer también dijo que había tomado la decisión de asesinarlos tan pronto se enteró que estaba embaraza. “Claro que sabía que estaba embarazada, claro que sabía que los iba a matar. Pero creo que fue mucho más complejo que eso, mucho más complicado”, recordó ante los Tribunales.

Veronique quedó embarazada en 2002 y 2003, pero Jean-Louis nunca lo supo. “Mi panza no era grande. Disimulaba mis curvas con ropa amplia. Una noche, sentí contracciones, mientras dormía al lado de mi marido. Fui al baño y tomé anti-espasmódicos, y se calmaron. Jamás se dio cuenta”, dijo. 

“No pensé en abortar, después era demasiado tarde. Sentía que podía ser capaz de dar vida y muerte a mis hijos”, confesó, en lo que resultó ser una de las partes más impactantes de la historia.

Cuando los niños nacieron, ella misma cortó el cordón umbilical. Posteriormente, apretó las piernas hasta que los bebés dejaran de sacudirse y llorar. Veronique fue acusada como la única responsable en un acto que repitió en tres ocasiones: 1999, 2002 y 2003.

Los representantes de Veronique habían pedido “una pena de esperanza” frente a la posibilidad de una pena de 10 años o cadena perpetua.

Finalmente, fue condenada a 8 años en prisión.

Veronique Courjault estuvo encerrada en una celda de hierro y cemento. Estando en prisión, fue a terapia y tras quedar en libertad siguió con el tratamiento. Continúa su relación con Jean-Louis.