La reina Isabel II presuntamente muy enferma: ¡La realeza se preocupa!

Hasta hace unos meses la salud de la reina Isabel II era estable pero la situación de la monarca parece haber cambiado en las últimas semanas, preocupando a todos, principalmente al heredero al trono. La mayor prueba de ello es el aumento en la frecuencia con que el príncipe Carlos visita a su madre, temiendo que empeore su estado.

El heredero de la Corona de Inglaterra visitó a diario a la soberana durante sus vacaciones en Escocia, algo poco común, y que algunos medios achacan a un empeoramiento de la salud de Isabel.

Este año todo apunta a que la Reina no estará presente en la toma de posesión del nuevo primer ministro tras la dimisión en julio de Boris Johnson. El acto será en septiembre, luego de que se anuncie el nombre del nuevo mandatario el próximo lunes. Será la primera vez en la historia que Isabel no da la bienvenida a un nuevo primer ministro del país, desde que ocupa el trono.

Al parecer sus últimos achaques le impedirán estar presente en el lugar, y todo apunta a que se trataría de problemas de movilidad que se le han agravado recientemente, informó el diario The Sun.

El medio explicó que ante esta situación, la soberana se desplazó a su retiro veraniego en el Castillo de Balmoral, ubicado en la localidad escocesa de Aberdeenshire, y contrario a otros años, ahora no se ha dejado ver en sus vacaciones. También la misa de los domingos donde se le veía rodeada de personas, se ha realizado a puerta cerrada.

Aunque sus seguidores esperan que aparezca durante los juegos anuales de Braemar el próximo fin de semana, la prensa británica duda que pueda, y además tachan de llamativo y único, que su hijo acuda a verla todos los días.

The Sun comentó que existe la posibilidad de que el Príncipe Carlos sea la máxima representación de la Casa Real británica durante los próximos eventos de envergadura de la corona, entre ellos el mencionado nombramiento del nuevo primer ministro. El heredero ya lo hizo durante la apertura estatal del parlamento, un suceso al que Isabel II no se había ausentado en 59 años.