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Historia del pan envenenado que mató a 100 personas en un pueblo de Colombia
En ese día de noviembre de 1967, la prensa informó de 800 pacientes con síntomas de intoxicación y de los que murieron, al menos 70 eran niños
Mayo 5, 2022 8:01pm
Updated: Mayo 5, 2022 8:02pm
Se cumplen 55 años de la historia de un panadero colombiano que envenenó a su pueblo y mató a 100 personas, incluidos niños, después de consumir pan adulterado con Folidol, un peligroso pesticida que provoca convulsiones, insuficiencia respiratoria y debilidad muscular en los seres humanos antes de causar la muerte.
El 25 de noviembre de 1967, en el pueblo de Chiquinquirá, del departamento de Boyacá, que meses antes fue sacudido por un terremoto que afectó esta zona del país, se produjo otra tragedia que conmocionó a la población y cobró la vida de un centenar de personas por culpa de un pan de la tradicional panadería Nutibara.
No eran las ocho de la mañana cuando en este pueblo, famoso porque el 26 de diciembre de 1586 se apareció en él la virgen, se comenzaron a morir los niños. Unos tras otros fueron cayendo hasta llegar a unas 100 víctimas, todas por haberse comido un pedazo de pan al desayuno, reportó El Tiempo.
Este potente veneno se utilizaba de forma habitual en los campos de trigo. En aquellos años, se transportaba en una pequeña botella de cristal con tapón de rosca. Según se sabe, durante el transporte de los sacos de harina, el recipiente cayó sobre uno de ellos, derramando su contenido.
Para infortunio de los habitantes de Chiquinquirá, esa mañana, el panadero tomó el saco de harina infectado y procedió a hacer el pan como solía hacerlo todos los días.
Los vecinos de la zona que habían comprado el pan como de costumbre, al cabo de unos minutos, comenzaron a sentir mareos y dolores de cabeza.
Los niños vomitaban y se desmayaban. La mayoría de ellos fueron llevados a hospitales para ser atendidos. Sin embargo, pronto los centros médicos estuvieron saturados y no pudieron atender a todos los que acudieron con problemas de intoxicación.
“En el hospital lleno de niños fallecidos también estaba el panadero, un joven de 25 años de edad llamado Joaquín Merchán”, relató un periodista cuando el incidente se difundió en los medios.
Aunque las cifras aún no se han aclarado, en aquel momento la prensa informó de 800 pacientes con síntomas de intoxicación. Sin embargo, la cifra oficial de fallecidos fue de 100 personas, de las cuales al menos 70 eran niños.
La panadería Nutibara, que vendió los alimentos envenenados, es ahora una casa común que mantiene la estructura de la antigua tienda que vendía el pan y que provocó la cuarta peor tragedia por envenenamiento de la historia.