Exboxeador se convierte en sacerdote luego de un accidente de motocicleta

Unos meses antes de que Stuart Long fuera ordenado y se convirtiera oficialmente en Padre Stu en 2007, hizo una peregrinación a Lourdes, Francia, donde estaba convencido de que sus aguas "milagrosas" lo sanarían.

Long sufría de miositis por cuerpos de inclusión,  trastorno degenerativo inflamatorio de los músculos esqueléticos que progresa lentamente y es incurable que presenta síntomas similares a la ELA, el Parkinson y la esclerosis múltiple.

“Estaba usando muletas en ese momento. Lo metieron al agua y pensó que saldría caminando. Esa es la cantidad de fe que tenía”, dijo al New York Post su amigo, el padre Bart Tolleson. “Dio un paso adelante y cayó al agua. Este fue un momento de completo abandono por parte de Dios. Estaba enojado y abatido”.

Pero después de ser persuadido por un compañero de viaje, se bañó una vez más en las aguas donde muchos afirman haber sido sanados desde que se dice que la Virgen María se apareció allí en el siglo XIX. Si bien no fue rehabilitado físicamente, emergió con una abrumadora sensación de paz y una renovada convicción en su fe. “[Stu] escribió sobre eso personalmente. Él dijo: 'Sé que esta enfermedad me va a costar la vida. Y también sé que será para la gloria de Dios’”, dijo Tolleson.

A Long no le gustaba darse por vencido. Un ex boxeador rudo y actor fracasado, su notable vocación tiene ecos de la historia de fondo de un santo. Ahora, su improbable viaje al sacerdocio —en su juventud, Long era conocido por maldecir y meterse en peleas callejeras— es el tema de la nueva película de Mark Wahlberg “Father Stu”, que se estrena el miércoles en salas de cines.

A medida que la salud de Long se deterioraba, su espiritualidad crecía. El 14 de diciembre de 2007, el converso católico fue ordenado y se convirtió en sacerdote diocesano en su natal Helena, Montana, donde inspiró a innumerables feligreses y compañeros del clero mientras continuaba celebrando misa mientras perdía el uso de sus extremidades.

“Cada vez que iba a su misa, lloraba. Las lágrimas brotarían. La gente lo describió como que podían ver su sufrimiento y él estaba cerca de Dios”, dijo a la hermana de Long, Amy Trisdale. “No soy católica, pero había algo de eso”.

La nueva película —coprotagonizada por Mel Gibson en el rol de Bill, el padre de Long— tardó más de seis años en realizarse y fue financiada en gran parte por Wahlberg, quien ganó 30 libras para su papel. El nativo de Boston, de 50 años, se enteró de Long y su improbable camino hacia el sacerdocio mientras cenaba en Beverly Hills con el amigo del sacerdote, el padre Ed Benioff.