Terrorismo
Paro armado en Colombia: 187 vehículos incinerados y 11 regiones confinadas
Por los hechos violentos, el gobierno de Iván Duque ordenó la creación de un bloque de búsqueda, igual que se hizo en su momento contra el Cartel de Medellín (de Pablo Escobar), y el Cartel de Cali (hermanos Rodríguez Orejuela)
Mayo 11, 2022 6:10pm
Updated: Mayo 11, 2022 6:11pm
Al menos 187 vehículos quemados, 309 hechos de violencia y 178 municipios afectados en 11 departamentos colombiano dejó hasta el momento el "Paro armado" ordenado por el Clan del Golfo en represalia por la extradición a Estados Unidos de su máximo jefe, Dairo Antonio Úsuga, alias "Otoniel".
La Policía Nacional de Colombia reportó 92 personas capturadas, de las cuales 21 ya tenían procesos judiciales abiertos y otras 71 fueron detenidas.
Los departamentos más afectados por los ataques fueron Antioquia, Bolívar, Magdalena, Chocó, Córdoba y Sucre, según informes de medios locales.
El Ministerio de Defensa colombiano informó este miércoles que las "acciones terroristas" del Clan del Golfo, la mayor banda criminal del país, provocaron "afectaciones" a 187 vehículos (camiones, autobuses y motocicletas), bloqueo de carreteras, cierre de comercios y confinamientos en 11 departamentos.
El "Paro armado" supuestamente terminaría este lunes a la media noche, según anunció el Clan del Golfo, también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia.
Por los hechos violentos, el gobierno de Iván Duque ordenó la creación de un bloque de búsqueda -al igual que se hizo contra el Cartel de Medellín y Cali- para capturar a alias 'Siopas' y 'Chiquito Malo', por quienes ofrecen una recompensa de 5,000 millones de pesos colombianos (1.2 millones de dólares).
El nuevo Bloque de Búsqueda está conformado por 700 hombres de la Policía y 720 del Ejército, quienes desde Necoclí y Carepa desplegarán una ofensiva "sin precedentes" contra los mandos de la banda criminal.
En la estrategia para intentar eliminar al Clan del Golfo también participarían 15 fiscales para garantizar que haya una rápida judicialización de los capturados y acelerar los procesos de extinción de dominio.
El Urabá, una enorme región próspera para la agricultura y la ganadería, rodea un golfo en la frontera con Panamá en una esquina del mar Caribe. Además tiene acceso al océano Pacífico. Es un punto estratégico para cualquier actividad comercial; en Colombia lo ha sido por décadas para el tráfico de drogas y armas.
La región fue dominada en los 90 por las guerrillas del Ejército Popular de Liberación (EPL) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Luego entraron las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), el ejército paramilitar que enfrentaba a la insurgencia, reportó la BBC.
El EPL y las AUC marcaron el origen de las AGC, puesto que exmiembros de ambos bandos, en teoría opuestos y desmovilizados, se articularon en lo que resultó ser una agrupación de corte criminal más que política.
Hay estimaciones que hablan de 3.000 miembros en esta organización; otras contabilizan hasta 13.000, un número similar al que componía a las FARC, la guerrilla más grande del país, en su momento más álgido.
Desde que Otoniel fue arrestado (él narcotraficante dijo que se había entregado como parte de un acuerdo con el gobierno) los nombres de los supuestos sucesores empezaron a sonar en los medios locales.
Uno de ellos es Jesús Ávila, alias Chiquito Malo, un exparamilitar que, según la inteligencia oficial, administra la exportación de cocaína y está solicitado en extradición por EE. UU.
Otro es Wílmer Giraldo, alias Siopas, quien se desmovilizó de la guerrila y pronto entró las AGC, donde escaló rápido gracias a su experiencia subversiva.