Derechos Humanos
NYT: Pekín utiliza a los influencers como voces afines que le hacen propaganda
Estos influencers reciben una compensación de viajes, acceso y pagos, así como compartir sus videos con millones de seguidores en YouTube, Twitter y Facebook
Diciembre 15, 2021 6:42pm
Updated: Diciembre 16, 2021 8:21am
El gobierno chino está organizando y patrocinando a influencers que estén a favor de Pekín, generando un tráfico lucrativo para los creadores a cambio de utilizar sus videos para hacer frente a las narrativas externas, según un nuevo informe de The New York Times.
El uso de influencers expatriados es un intento de China por diversificar las voces simpatizantes en el público, su estilo casual y hogareño es un contraste útil con los medios de comunicación estatales y los portavoces del gobierno.
"El objetivo no es ganar, sino provocar el caos y la sospecha hasta que no haya una verdad real", dijo Eric Liu, antiguo moderador de contenidos de las redes sociales chinas.
Los funcionarios chinos, tanto a nivel nacional como local, compensaron directamente a estos influencers con viajes, acceso y pagos, así como indirectamente al compartir sus videos con millones de seguidores en YouTube, Twitter y Facebook, todos ellos prohibidos en China.
Los creadores no se consideran promotores de la propaganda estatal e insisten en mantener el control creativo sobre su trabajo. La mayoría de los YouTubers han vivido en China durante años y se ven a sí mismos como defensores de su nuevo hogar contra las percepciones cada vez más negativas de Occidente.
Kirk Apesland, un YouTuber canadiense que vive en China, califica los pagos de los gobiernos locales y provinciales de ‘compensación’ por promover el turismo local, argumentando que solo está "haciendo un trabajo".
Apesland ha publicado múltiples videos en los que rechaza las noticias sobre la represión de los musulmanes uigures en Xinjiang. En uno de ellos, dice que hay una "gran diferencia" entre los "campos de reeducación" de Xinjiang y "Guantánamo, donde te encierran".
Pekín está usando a estos creadores como propaganda en el extranjero. Sus diplomáticos y portavoces mostraron estos videos en conferencias de prensa y promueven su trabajo en las redes sociales estatales.
Raz Gal-Or, un joven influencer israelí que entrevista a lugareños y compañeros expatriados sobre la vida en China, publicó un video el 8 de abril en el que visita campos de algodón en Xinjiang para hacer frente a las acusaciones de trabajo forzoso en ese lugar. Declara que la vida es "totalmente normal aquí" y que "la gente es amable, hace su trabajo", pero olvida mencionar a los miles de musulmanes recluidos en lo que los medios de comunicación occidentales y los representantes del gobierno suelen llamar campos de reeducación, internamiento o concentración.
En las semanas siguientes, el video, junto con otros videos de Gal-Or en Xinjiang, se compartió en al menos 35 cuentas de redes sociales administradas por embajadas chinas y medios de comunicación oficiales, a menudo con subtítulos en los idiomas locales. Las cuentas de Facebook y Twitter tienen unos 400 millones de seguidores en total.
YouTube dijo que "recordaría a los creadores sus obligaciones" de revelar los patrocinios después de que el NYT le preguntara sobre los pagos y viajes gratuitos que recibían de los medios de comunicación estatales chinos, pero no encontró evidencia de "operaciones de influencia coordinadas".