"Al borde de la muerte" en prisión periodista china que informó sobre Covid-19 en Wuhan

La periodista china, Zhang Zhan, encarcelada por reportar sobre el confinamiento en Wuhan al inicio de la pandemia, está a punto de morir, advirtió su familia. 

La exabogada de 38 años ha hecho varias huelgas de hambre tras ser condenada a finales de 2020. Tiene un peso muy bajo y "puede que no viva mucho más", escribió su hermano, Zhang Ju, en Twitter. "Zhan mide 1,77 y ahora pesa menos de 40 kg. Puede que no sobreviva al frío invierno que se avecina", lamentó. 
"Espero que el mundo recuerde cómo era ella antes", añadió.

La periodista ciudadana, en huelga de hambre, ha sido alimentada a la fuerza a través de tubos nasales, según declaró a la Agence France-Presse su equipo legal, aunque precisaron que actualmente no tienen información sobre su estado de salud.

Según Reporteros sin Fronteras (RSF), Zhang no puede caminar ni levantar la cabeza sin ayuda.

Amnistía Internacional (AI) instó al gobierno chino a "liberarla inmediatamente para que pueda poner fin a su huelga de hambre y recibir el tratamiento médico adecuado que necesita desesperadamente". La organización de derechos humanos manifestó en un comunicado este jueves que Zhang "corre el riesgo de morir si no es liberada urgentemente para recibir tratamiento médico".

"Zhang Zhan, que nunca debería haber sido encarcelada en primer lugar, parece estar ahora en grave riesgo de morir en prisión. Las autoridades chinas deben ponerla en libertad inmediatamente para que pueda poner fin a su huelga de hambre y recibir el tratamiento médico adecuado que necesita desesperadamente", manifestó, Gwen Lee, activista de Amnistía.

Lee calificó la detención de la periodista china como un "vergonzoso ataque a los derechos humanos".

"Si Zhang Zhan muere en prisión, su sangre estará en las manos del gobierno chino", advirtió. 

Zhan viajó a Wuhan en febrero de 2020 para informar sobre el caos en el epicentro de la pandemia. La reportera cuestionó la gestión de las autoridades a través de videos grabados desde su teléfono. Fue detenida en mayo y condenada en diciembre a cuatro años de cárcel por "provocar peleas y problemas", una acusación que se utiliza habitualmente en el país para reprimir a críticos y disidentes.