La policía brasileña acusa a Bolsonaro de falsificar sus registros de vacunación COVID-19

Las autoridades de Brasil han acusado al expresidente brasileño Jair Bolsonaro de fraude, sugiriendo que falsificó sus registros de vacunación COVID-19.

Según los informes, la investigación en curso podría dar lugar a cargos penales, pero hasta ahora no se han presentado cargos.

La investigación policial se deriva de una discrepancia entre los registros de salud de Bolsonaro y sus registros de viaje. Mientras que sus registros de salud sugieren que recibió la vacuna COVID-19 en São Paulo en 2021, sus registros de viaje documentan que en esa fecha el expresidente se encontraba fuera de la capital.

Los agentes de la ley que investigan a Bolsonaro creen que el expresidente brasileño y otras ocho personas a las que están investigando emitieron "certificados falsos para obtener ventajas indebidas" durante la pandemia.

La vacunación era requisito para entrar en la mayoría de los países, incluido Estados Unidos, en el momento crítico de la pandemia.

Bolsonaro, que había manifestado públicamente su preocupación por la vacuna COVID-19, ha insistido en que ninguno de sus historiales médicos fue alterado o manipulado de manera alguna.

Hasta la fecha, se calcula que en Brasil han muerto 700 000 personas a causa del COVID-19, según las estadísticas publicadas por la Universidad Johns Hopkins, que ha sido uno de los principales observadores mundiales de muertes pandémicas.

Hasta ahora no se han presentado cargos y lo más probable es que la decisión recaiga en el fiscal general de Brasil, Jorge Messias, nombrado por el recién elegido presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El exmilitar, de 68 años, fue interrogado por las fuerzas del orden el año pasado tras una redada policial en su domicilio. Recientemente se vio obligado a entregar su pasaporte a raíz de otra investigación sobre injerencias en las elecciones presidenciales de 2022.

Bolsonaro ha negado hasta ahora las nuevas acusaciones policiales y, en cambio, ha dicho que las autoridades brasileñas han estado conspirando para "fabricar un caso" contra él, según un informe de la BBC del 19 de marzo.

Las elecciones generales del 2 de octubre de 2022 fueron una de las contiendas presidenciales más reñidas y disputadas de la historia reciente de la nación sudamericana y dejaron a muchos al borde de sus asientos.

Lula da Silva se impuso con 60 345 999 votos, mientras que Bolsonaro obtuvo 58 206 354 votos en todo el país.

Bolsonaro impugnó inicialmente los resultados el 22 de noviembre, pidiendo al Tribunal Superior Electoral que invalidara los votos que carecían de número de identificación, emitidos por máquinas de votación electrónica. Sin embargo, el tribunal rechazó su petición.

Tras la toma de posesión de Luiz Ignacio Lula da Silva, miles de partidarios de Bolsonaro irrumpieron en edificios gubernamentales de la capital, Brasilia, y destrozaron el palacio presidencial, el Congreso y el Tribunal Supremo.

Posteriormente, el expresidente fue inhabilitado durante ocho años como consecuencia de las acusaciones de que había socavado el sistema electoral brasileño, a pesar de que no hay pruebas de fraude electoral.

Bolsonaro se encontraba en Estados Unidos cuando se produjo el atentado del 8 de enero en Brasilia. Regresó a su patria en marzo de 2023 y dijo a sus partidarios que no temía las consecuencias.

El 27 de febrero ADN informó que el exjefe del Ejecutivo había dado un discurso ante miles de sus partidarios, diciendo que era víctima de una persecución política, y que las acusaciones de que era parte de la trama de un golpe para derrocar a su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva, eran una "mentira".