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Salud

Brasil advierte sobre una crisis alimentaria internacional

"Desgraciadamente, no tengo ninguna duda de que nos enfrentaremos a una crisis alimentaria mundial", advirtió el Ministro de Agricultura Marcos Montes

Mayo 4, 2022 2:51pm

Updated: Mayo 4, 2022 4:10pm

El Ministro de Agricultura de Brasil, Marcos Montes, advirtió este miércoles que el mundo está a punto de enfrentarse a una crisis alimentaria y que su país se está preparando para atender los fallos en los mercados extranjeros y nacionales.

"Desgraciadamente, no tengo ninguna duda de que nos enfrentaremos a una crisis alimentaria mundial. Y Brasil tendrá la responsabilidad de alimentar tanto a su pueblo como al mundo", advirtió Montes durante un evento, informó Reuters.

Brasil es una potencia agrícola y actualmente es uno de los mayores exportadores mundiales de productos como la soja, maíz, azúcar, café y carne.

Desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció la invasión a Ucrania el 24 de febrero, Brasil se ha mostrado reacio a cortar los lazos con Moscú, uno de los socios comerciales más importantes del país sudamericano.

Poco antes de que las fuerzas rusas invadieran Ucrania, el presidente brasileño Jair Bolsonaro desafió a sus asesores y voló a Moscú para reunirse con Putin, e incluso declaró que su nación era "solidaria" con Rusia. Putin, a su vez, nombró a Brasil como el socio latinoamericano más importante de su país.

"Somos solidarios con Rusia. Tenemos muchas ganas de colaborar en muchas áreas: defensa, petróleo y gas, agricultura. Las reuniones se están realizando", comentó Bolsonaro a Putin.

Sin embargo, algunos analistas aseveran que el deseo de Bolsonaro de preservar las relaciones amistosas con el Kremlin podría estar impulsado por el comercio, más que por la ideología.

Los agricultores brasileños se enfrentaban a una escasez de fertilizantes, pero la presión para encontrar nuevos proveedores aumenta a medida que la guerra del Kremlin en Ucrania amenaza con cortar los envíos al país sudamericano.

Aunque Brasil es uno de los productores de alimentos más importantes del mundo, también es notoriamente dependiente de los fertilizantes importados. Aproximadamente 85% de los fertilizantes que utiliza provienen del extranjero - y casi 20% del total de las importaciones provienen de Rusia-, según The Wall Street Journal.

Se trata de una cifra preocupante si se tiene en cuenta que el Ministerio de Comercio ruso pidió recientemente una suspensión de las exportaciones de fertilizantes.

"Brasil depende de los fertilizantes... es una cuestión sagrada para nosotros", indicó Bolsonaro a los periodistas en marzo tras ser cuestionado sobre su decisión de mantener relaciones con Moscú.

El aumento de los precios de los cereales incrementa los costos de la alimentación animal, lo que en última instancia significa que los clientes tendrán que pagar más en las tiendas. Los pobres de América Latina, que apenas se recuperan después de que la pandemia devastara la economía mundial, podrían ser los más afectados.

"Nadie sabe lo que va a pasar. La guerra supone una falta total de certeza. El coste de la producción se convierte en una gran incógnita", expuso Ricardo Arioli, un agricultor de soja del estado brasileño de Mato Grosso, en el centro-oeste del país.

Aunque el gobierno brasileño ha dicho que tiene suficientes reservas de fertilizantes para los agricultores hasta octubre, no todos son tan optimistas. La Asociación Nacional de Fertilizantes de Brasil advirtió que las reservas locales de fertilizantes sólo durarán otros tres meses.

"Ahora estamos experimentando en carne propia lo que significa depender de los fertilizantes importados", destacó Jeferson Souza, analista de fertilizantes de Agrinvest Commodities, una empresa de inversiones en Brasil. La escasa productividad ha impedido que Brasil desarrolle una mayor industria nacional de fertilizantes, agregó.

Muchos agricultores también están preocupados porque los pasos dados sean demasiado pequeños y tardíos. "Brasil tiene la tecnología para producir. Ahora, con estos embargos, el precio de los fertilizantes podría subir tanto que ni siquiera valdría la pena sembrar", dijo Antonio Galván, un agricultor y jefe de la Asociación de Productores de Soja de Brasil.