Jair Bolsonaro volará a Moscú mientras la guerra se cierne sobre Europa

El temor a una guerra inminente en Ucrania no impedirá que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, vuele este martes a Moscú para reunirse con el presidente Vladímir Putin y charlar sobre las relaciones comerciales entre sus dos países.

Aunque el líder conservador sudamericano ha desestimado los temores de que Putin pueda intentar dar un giro a la visita para que aparezca como una muestra de apoyo sobre Ucrania por parte de Brasil, algunos analistas advirtieron que la reunión podría convertirse en un desastre diplomático si Bolsonaro permite que el líder ruso se desvíe del asunto de las relaciones comerciales.

"El momento es terrible. No sabemos qué va a pasar. Las cosas van a ser cada vez más intensas en la frontera (Rusia-Ucrania)", consideró Guilherme Casaroes, analista político de la Fundación Getulio Vargas en Brasil.

Bolsonaro aceptó por primera vez la invitación para visitar el Kremlin a finales de noviembre, cuando la tensión por Ucrania iba en crecimiento, aunque decidió agregar una visita diplomática a Hungría, donde viajará el jueves.

La situación entre Rusia y Occidente se ha deteriorado desde entonces y los funcionarios estadounidenses han presionado al presidente de Brasil para que no realice esta visita.

Felipe Loureiro, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Sao Paulo, aseveró que "Estados Unidos ejerció mucha presión sobre Brasilia para que cancelara el viaje", pero señaló que cancelarlo ahora sería una señal de que "Brasil es un títere de Estados Unidos", lo cual potencialmente podría enfadar al Kremlin.

Bolsonaro, sin embargo, reafirmó el sábado que no tenía planes de cancelar la visita, incluso ante las advertencias de que podría estallar una guerra "en cualquier momento".

"Pedimos a Dios que la paz reine en el mundo, por el bien de todos nosotros", señaló Bolsonaro.

Oficialmente, las conversaciones se centrarán en las inversiones rusas en hidrocarburos e infraestructuras en Brasil, así como en el comercio. Pero Bolsonaro podría enfrentar grandes costos si se enemista con los aliados tradicionales de Brasil durante el viaje.

"Bolsonaro es imprevisible. Si dice algo que de alguna manera apoya a Rusia, crearía muchos problemas para Brasil con Europa y especialmente con Estados Unidos", anticipó Loureiro.

Los funcionarios estadounidenses también aconsejaron a Bolsonaro que trate con cuidado a Moscú.

"Como países democráticos... tenemos la responsabilidad de defender los principios democráticos y el orden basado en reglas", comentó el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, quien añadió que Washington estaba "seguro de que habrá discusiones, tanto antes como después del viaje, con nuestros socios brasileños".