Mujer de Arizona pasó de contrabando a cientos de personas por 15.000 dólares cada una

Una mujer de 24 años de Arizona supuestamente traficaba con entre 80 y 100 migrantes al mes a través de la frontera entre Estados Unidos y México antes de su detención el viernes, informaron las autoridades el domingo.

Tania Estudillo Hernández dirigió esta operación durante seis meses antes de que la policía recibiera una llamada de un informante, el cual acusó que su marido era retenido en una casa de El Mirage, en el condado de Maricopa, junto con otras personas que habían sido "secuestradas" para pedir un rescate, según el Departamento de Policía de El Mirage (EMPD).

Los agentes del EMPD vieron un vehículo que salía de la casa, al cual siguieron y pararon. Ahí encontraron a Hernández y a un ciudadano de origen guatemalteco.

Otros dos contrabandistas huyeron de la casa de Hernández con 10 inmigrantes indocumentados durante la parada de tráfico, alega la policía.

Los investigadores obtuvieron una orden de registro para la casa y determinaron que Hernández "gestionaba y dirigía las operaciones de contrabando", según unos libros de contabilidad que documentan las transacciones de la red de contrabando. En ellos se indica que se cobraba a cada inmigrante indocumentado hasta 15.000 dólares en concepto de tasas de contrabando.

También se incautaron un rifle semiautomático, dos pistolas y munición. Uno de los revólveres fue denunciado como robado en Phoenix, a unos 30 kilómetros al sureste.

Hernández fue acusada de secuestro, lavado de dinero, participación en una empresa ilegal y conspiración, y está recluida en la cárcel del condado de Maricopa.

Los contrabandistas utilizan varios "escondites" para retener y ocultar a quienes les pagan por su ayuda para cruzar ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos, normalmente inmigrantes indocumentados. A menudo, los inmigrantes se encuentran en espacios reducidos, sin ropa de cama, agua corriente ni aire acondicionado, y se les advierte que no pueden salir sin permiso.

Algunos migrantes que consiguen cruzar la frontera son retenidos como rehenes por los contrabandistas para pedir un rescate por ellos. Según informes, el 60% de las mujeres y niñas que llegan a la frontera entre México y Estados Unidos son violadas.

Los escondites suelen estar cerca de la frontera sur, como en El Mirage —a 130 millas—, aunque también se ha informado de ellos en ciudades del norte. En julio, autoridades encontraron 73 migrantes viviendo en una de estas casas en Washington D.C.