Opinión & Crítica
OPINIÓN: Rusia, Ucrania y el silencio del papa Francisco
El líder de los 1.200 millones de católicos del mundo se abstuvo de condenar la sangrienta e ilegal invasión de Vladimir Putin
Febrero 24, 2022 2:22pm
Updated: Febrero 25, 2022 5:32pm
El mundo se despertó con el mayor conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, lanzara el jueves por la mañana una invasión total de Ucrania, dirigida a ciudades clave en un supuesto intento de "desmilitarizar" al vecino occidental de Moscú.
Poco después de que comenzaran los bombardeos y las fuerzas rusas cruzaran la frontera, el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, declaró que su país estaba oficialmente en guerra.
"Putin acaba de lanzar una invasión a gran escala de Ucrania. Ciudades ucranianas pacíficas son atacadas. Esto es una guerra de agresión", escribió el ministro el jueves por la mañana en su cuenta de Twitter.
La invasión rusa de su vecino soberano suscitó condenas en toda Europa y el mundo occidental.
"Rusia es la única responsable de la muerte y la destrucción que provocará este ataque. Estados Unidos y sus aliados y socios responderán de forma unida y decisiva", anunció el miércoles por la noche el presidente estadounidense Joe Biden.
El primer ministro británico, Boris Johnson, también advirtió que Putin había "elegido el camino del derramamiento de sangre y la destrucción al lanzar este ataque no provocado contra Ucrania".
Los gobiernos del llamado mundo libre, incluidos los líderes de Japón, Corea del Sur, Israel, Australia, Francia, Alemania, Bélgica, la Unión Europea, la OTAN y los vecinos de Europa del Este de Ucrania se pronunciaron en el mismo sentido. Sin embargo, una voz faltó en el coro de la disidencia a la guerra sangrienta e ilegal de Vladimir Putin.
Aunque el papa Francisco afirmó el miércoles que la perspectiva de la guerra en Ucrania causaba "un gran dolor en mi corazón" y condenó las acciones "que desestabilizan la convivencia entre las naciones y desacreditan el derecho internacional", el líder de los 1.200 millones de católicos del mundo no llegó a condenar la invasión del Kremlin a su vecino.
Pero, ¿por qué el pontífice ignora una situación que pone en peligro la vida de los cinco millones de católicos ucranianos, un grupo que representa alrededor del 9% de la población total del país? Algunos observadores creen que simplemente trata de apaciguar a la Iglesia Ortodoxa Rusa.
El papa Francisco, después de todo, está dispuesto a negociar un segundo encuentro con el patriarca ortodoxo ruso Kirill de Moscú, después de que su reunión de 2016 en Cuba marcara el primer encuentro católico-ortodoxo desde el Gran Cisma que dividió a la Iglesia en 1054.
Borys Gudziak, arzobispo metropolitano de la Arquidiócesis Católica Ucraniana de Filadelfia, comentó al National Catholic Reporter que, si bien entiende la posición del Vaticano, cree que Roma debería responsabilizar a la Iglesia Ortodoxa Rusa por ayudar a Putin a formular una "política colonial para la sociedad rusa".
"El papa Francisco ha dicho muchas veces que, siempre que los cristianos se dejan llevar por el poder y el dinero, traicionamos nuestras vocaciones. Cuando estamos detrás de la invasión y la guerra, es escandaloso", consideró Gudziak.
Fr. Robert Lisseiko, spiritual director at the Pontifical Ukrainian College of St. Josaphat in Rome, further warned that Russia was waging a propaganda campaign and that the Russian Orthodox Church was helping push the Kremlin’s agenda.
El padre Robert Lisseiko, director espiritual del Pontificio Colegio Ucraniano de San Josafat en Roma, advirtió además que Rusia lleva a cabo una campaña de propaganda y que la Iglesia Ortodoxa Rusa ha ayudado a impulsar la agenda del Kremlin.
"¿Dónde han ido a parar los cristianos que tienen miedo de decir la verdad a un gobierno que está haciendo algo realmente diabólico?", preguntó.
Por esta razón, Galadza cree que el Vaticano debería ser directo a la hora de criticar las acciones de Rusia, pues recordó que el papa tiene una gran influencia en toda la cristiandad oriental.
"Lo que necesita Ucrania es decir la verdad en el amor y no tener miedo de decir a los hermanos y hermanas en Cristo que también necesitan decir la verdad en el amor. No deben hablar en términos generales sobre la paz y Europa del Este porque eso equivale a decir pensamientos y oraciones", cuestionó. Pero no todos los papas han tenido miedo de hablar contra la tiranía, especialmente en Europa del Este.
En su primera homilía tras su elección como Papa, en octubre de 1978, Juan Pablo II instó al mundo a "no tener miedo". El verdadero significado del mensaje de Juan Pablo II se reveló en marzo de 1979 con la publicación de Redemptor Hominis, donde condenó abiertamente el comunismo como un sistema político que no respetaba ni la dignidad humana ni la libertad.
Cuatro meses después, en junio de 1979, el papa realizó su histórico viaje a Polonia y contribuyó a poner en marcha la liberación de su pueblo. Sin embargo, no sólo serviría de voz para sus compatriotas polacos. Como señaló durante su primera visita papal, "Juan Pablo II, el eslavo, está guiando a todas estas naciones y pueblos [eslavos] junto con los suyos".
En referencia al viaje de 9 días del difunto pontífice por la Polonia soviética, el exembajador polaco ante la Santa Sede, Janusz Kotanski, elogió la voluntad del difunto papa de mantenerse firme frente a Moscú y su papel en la caída del comunismo en la Polonia soviética.
"Sé que también fue, por supuesto, la debilidad de la economía soviética, la muy buena y fuerte política de Ronald Reagan. Sin embargo, ¿quién empezó? ¿Quién lo hizo? San Juan Pablo II, Karol Wojtyła y los millones de polacos que no tuvieron miedo", resaltó.
Pero mientras Juan Pablo II se solidarizó con las fuerzas del cambio que desafiaron al comunismo en su Polonia natal, Francisco se ha negado a unirse al mundo libre en la condena de la invasión rusa de su vecino cristiano.
Si el silencio realmente implica consentimiento, podría incluso decirse que el pontífice argentino se ha unido a las filas de líderes antidemocráticos como Nicolás Maduro en Venezuela, Miguel Díaz-Canel en Cuba y Daniel Ortega en Nicaragua - todos los cuales han expresado su apoyo a la guerra del Kremlin.
En su exhortación apostólica Evangelii Gaudium de 2013, Francisco escribió que "el conflicto no puede ser ignorado ni ocultado. Hay que afrontarlo". La mejor manera de afrontar un conflicto es "afrontarlo de frente, resolverlo y convertirlo en un eslabón de la cadena de un nuevo proceso", argumentó.
Mientras una guerra sangrienta e injusta hace estragos en Ucrania, los católicos de todo el mundo deben rezar para que su Santo Padre recuerde esas palabras y se ponga del lado del pueblo ucraniano en su lucha por la libertad y la paz.