CARGO: Líder regional alemana acusada de 'confabulación con los rusos en el gasoducto Nord Stream'

Una líder estatal alemana se confabuló con la compañía energética estatal de Rusia para promover el gasoducto Nord Stream 2 entre ambos países, según documentos filtrados consultados ​​por The Times de Londres.

Manuela Schwesig, ministra principal del estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental en el noreste de Alemania, fue acusada de establecer una fundación ambiental diseñada en secreto para cabildear a favor del oleoducto respaldado por Rusia y contra las sanciones de Estados Unidos.

Schwesig es miembro del gobernante Partido Socialdemócrata, que ha sido objeto de un intenso escrutinio por sus políticas de energía verde que aumentaron la dependencia de Alemania del petróleo y el gas rusos. Berlín cerró campos de gas y sus plantas nucleares y compró el 50% de su carbón, el 55% de su gas y el 35% de su petróleo a Moscú antes de la invasión de Ucrania.

De acuerdo con los correos electrónicos y los documentos publicados en virtud de la Ley de Información Ambiental, Schwesig trabajó tan de cerca con Nord Stream 2 AG, la compañía que opera el oleoducto, que se creyó oportuno revisar a sus declaraciones públicas y escuchar a escondidas las sesiones informativas extraoficiales para los periodistas. .

La ministra pronunció un discurso ante el parlamento estatal, a instancias del gerente de comunicación de Nord Stream 2, en el que desestimó las críticas al proyecto del oleoducto como un intento de presionar a Alemania para que compre a “Estados unidos el gas de fracking”.

Norbert Röttgen, miembro del partido opositor Unión Demócrata Cristiana, pidió la dimisión de Schwesig por “componenda con una empresa rusa y por engañar deliberadamente al público”.

Nord Stream 2 AG es propiedad de Gazprom y está dirigida por Mattias Warnig, un ex oficial de inteligencia alemán que se hizo amigo de Vladimir Putin y trabajó con él mientras estaba destacado allí como oficial de la KGB en la década de 1980.

La OTAN advirtió en 2014 que Rusia estaba financiando ONG ambientales que trabajan contra el fracking para “mantener la dependencia europea del gas ruso”.

Berlín continúa oponiéndose al boicot a las exportaciones energéticas rusas a medida que los precios se disparan debido a la invasión de Ucrania por parte de Moscú.