40.000 ucranianos obligados a trabajar en Rusia, afirma funcionario de Mariupol

Según The Sun, hasta 40.000 ucranianos deportados de ciudades sitiadas por los rusos se han visto obligados a trabajar al otro lado de las líneas enemigas.

"Nos hemos puesto en contacto con personas que nos han contado lo que está sucediendo: se los llevarán a Rusia para trabajar para el Estado en áreas deprimidas", dijo a The Sun Sergei Orlov, teniente de alcalde de Mariupol.

“Es trabajo forzoso. Tienen que trabajar para que Rusia sobreviva”.

Orlov, que permanece en un búnker en la ciudad portuaria sitiada, también afirmó que los niños ucranianos estaban siendo separados y retenidos por soldados rusos.

“Pero lo peor de todo es que los rusos están separando a los niños de sus padres cuando sacan a la gente de nuestra ciudad”, dijo Orlov. “Cientos de niños desde el jardín de infancia en adelante están detenidos en un hospital en Donetsk y separados de sus padres”.

“Están haciendo todo lo posible para quebrarnos. Nuestra ciudad ya no existe. Ahora se están llevando a su gente”.

Mariupol es una ciudad clave en el sur de Ucrania que permitiría a Rusia crear un puente terrestre entre Crimea y las áreas separatistas en el este si es capturada. Ha sido arrasada por las bombas rusas cuando las fuerzas invasoras comenzaron a apuntar a objetivos civiles.

Orlov dijo que las tropas rusas obligarían a los residentes de Mariupol a abandonar su refugio bajo tierra amenazándolos con enterrarlos vivos debajo de sus casas con bombas.

Los civiles capturados son procesados ​​mediante un sistema que los rusos denominan “filtración”, afirmó. A los adultos se les pide una identificación, mientras que a los hombres se les desnuda y registra en busca de tatuajes que muestren apoyo al nacionalismo ucraniano.

Cualquiera que se considere apto es enviado a áreas deprimidas de Rusia que necesitan mano de obra, donde sus captores se quedan sus pasaportes ucranianos y los obligan a ganarse la vida con permisos de trabajo temporales.

Rusia ha sido acusada de llevar por la fuerza a más de 400.000 civiles de ciudades ucranianas a Rusia, incluidos 84.000 niños.