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Todo lo que usted debe saber sobre la visita de Bolsonaro a Rusia y Hungría

Febrero 24, 2022 7:45pm

Updated: Febrero 24, 2022 7:45pm

Las visitas del presidente Jair Bolsonaro a Rusia y Hungría generaron preocupaciones instigadas por algunos sectores de la prensa brasileña, y que terminaron por no materializarse.

En cuanto a la narrativa de que Putin aprovecharía la visita del presidente brasileño para iniciar una guerra contra Ucrania, los hechos demostraron lo contrario. En el día de la llegada del presidente de Brasil, Rusia anunció una retirada de las tropas. Obviamente, no por causa de la visita de Bolsonaro, aunque los vaticinios más pesimistas del comienzo de la guerra estaban lejos de la realidad.

Otra narrativa difundida por ciertos sectores de la sociedad brasileña fue que Putin recibiría a Bolsonaro con frialdad, en una mesa grande e impersonal, como lo había hecho con Emmanuel Macron (presidente de Francia) y Olaf Scholz (Canciller de Alemania). Sin embargo, el recibimiento fue fraterno e íntimo, contrario a los vaticinios.

Una vez resualtos estos puntos iniciales, cabe preguntarse: ¿cuáles eran los intereses de Brasil y Rusia en este encuentro? Primero, la diplomacia brasileña quería demostrar su soberanía en relación con los Estados Unidos. Aunque Brasil tiene una alianza especial con la mayor potencia mundial, quiso demostrar que puede actuar de manera autónoma y visitar países que  experimentan tensiones con EE UU, sin perjuicio de esa relación.

Aunque Brasil es un país de dimensiones continentales, el hecho es que no debe inmiscuirse en los conflictos de dos potencias. Con mucho, puede servir de mediador de  paz. Rusia, a su vez, quería mostrar brechas dentro de la alianza estadounidense, en el sentido de no alineación automática de los socios estadounidenses.

La Cancillería brasileña destacó algunos de los puntos clave de la visita de Jair Bolsonaro a Rusia. Brasil importa el 85% de los fertilizantes, y una parte vital de estos proviene de Rusia, que abastece la cadena productiva más eficiente de Brasil: la agroindustria. Tras la visita a Putin, el presidente brasileño aseguró que se duplicará la importación de fertilizantes.

La reunión bilateral también contempló el sector energético, y ambos jefes de Estado mostraron interés en ampliar la cooperación en los sectores de petróleo y gas, así como en profundizar el diálogo sobre la exploración de petróleo y gas en plataformas marítimas. En el aspecto político, Bolsonaro agradeció el apoyo ruso al ingreso de Brasil al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Ambos destacaron la relevancia de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en un orden mundial multipolar.

Incluso, Celso Amorim, el acérrimo crítico de la administración de Bolsonaro y excanciller brasileño en la era Lula, dijo que Brasil no debería cancelar su reunión bajo la presión de Washington.

En cuanto a la visita de Jair Bolsonaro a Hungría, podrían citarse elementos de política interior y exterior. La visita a Viktor Orban es un guiño a su base conservadora en Brasil, en reconocimiento de las políticas de Orban en defensa del cristianismo y contra la injerencia globalista en la política local. Además de mostrar internamente que no está aislado en el escenario internacional.

Una nota de la Cancillería brasileña describió los principales eventos de esta visita. El Ministerio de Relaciones Exteriores señaló que se trata de la primera visita de un jefe de Estado brasileño a Hungría. Un argumento adelantado tanto por el presidente como por la cancillería brasileña fue el “compromiso con la defensa de la familia, la libertad religiosa, la libertad económica y la soberanía de las naciones”. Hubo un memorando de entendimiento y ayuda humanitaria a los cristianos perseguidos. En el ámbito tecnológico y militar, Hungría ha integrado a su fuerza aérea los cargueros militares KC-390, fabricados por la empresa de aviación brasileña Embraer.

En términos de cooperación científica, se profundizaron los contactos entre la Empresa Brasileña de Investigación e Innovación Industrial (EMPRAPII) y la Oficina Nacional de Investigación, Desarrollo e Innovación de Hungría para proyectos en gestión del agua, eficiencia energética y tecnologías innovadoras. En el ámbito académico, se amplió un programa de cooperación de estudiantes de posgrado en Hungría a través del programa de becas Stipendium Hungaricum que ya ha otorgado becas a más de 1100 estudiantes desde 2017.

En términos políticos, Hungría apoyó el ingreso de Brasil a la OCDE (Organisation de Coopération et de Développement Économique), así como la candidatura de Brasil para un asiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas durante 2022 y 2023.

Algunos sectores de la sociedad brasileña criticaron la reunión con el primer ministro húngaro basados en la supuesta postura autoritaria de Viktor Orban. Sin embargo, estos son los mismos sectores que piden “pragmatismo” para hacer frente a la dictadura china. Puede decirse que la política exterior brasileña actual es más idealista y crítica a las dictaduras en su área de influencia continental, como son los casos de Venezuela, Cuba y Nicaragua, en los que Brasil realmente tiene la capacidad de hacer la diferencia.

Esto, en contraste con la política exterior de pragmatismo comercial en relación a las autocracias fuera del área de influencia de Brasil como China, Rusia, Arabia Saudita y otros países, donde Brasil, careciendo del poder de cambiar absolutamente nada, solo puede cosechar ganancias comerciales y de inversiones.