Andrea Yates, la mujer que ahogó a sus cinco hijos porque “se lo pidió el diablo”

El caso de Andrea Yates conmocionó a Estados Unidos cuando en 2001 confesó que había asesinado a sus cinco hijos ahogándolos en una bañera.

Andrea, originaria de Texas, sufrió de bulimia y depresión cuando era adolescente. A los 17 años, habló por primera vez de suicidarse, según relata El Tiempo. 

Se graduó como la mejor de su clase en 1982. Estudió enfermería y lo ejerció durante más de diez años. Cuando conoció a su esposo Russell “Rusty” Yates, prometieron que tendrían tantos bebés “como la naturaleza lo permitiera”.

Se mudaron a una casa de cuatro habitaciones donde comenzaron a tener sus hijos. Después del cuarto niño, Andrea entró en una profunda depresión que la llevó a un intento de suicidio. Fue ingresada en un hospital y medicada con antidepresivos, más adelante comenzó con un tratamiento psiquiátrico que incluía antipsicóticos.

Después de estar estable un tiempo, Andrea presentó un nuevo ataque de nervios que desencadenó dos nuevos intentos de suicidio y dos hospitalizaciones psiquiátricas.

La primera psiquiátrica le recomendó, según testificó la mujer más adelante, que no tuviera más hijos ya que esto “garantizaría una futura depresión psicótica”. A pesar del consejo, la pareja tuvo una quinta hija llamada Mary.

Al tener a su quinto hijo, Andrea abandonó los medicamentos y volvió a la crisis. Fue entonces cuando ocurrió la tragedia, según el diario Semana. 

El 20 de junio de 2001, Russell se fue a trabajar y dejó solos a su esposa e hijos pese a las recomendaciones psiquiátricas de tenerla bajo supervisión durante todo el día.

Ese día, Russell llegó una hora más tarde de lo previsto y fue en ese tiempo que Andrea decidió asesinar a sus hijos.

Primero ahogó a sus tres hijos John, Paul y Luke, y dejó sus cuerpos tendidos en la cama. Después ahogó a Mary, a quien dejó flotando en la bañera. Noah, otro de sus hijos, le preguntó a Andrea qué le sucedía a Mary, cuando se percató de la situación salió corriendo, pero la mujer lo alcanzó y terminó ahogándolo de la misma forma que a sus hermanos.

Andrea llamó al 911 pidiendo con urgencia la presencia de la policía sin aclarar el motivo. También llamó a Russell, quien al oír su voz le preguntó qué pasaba. Ella respondió: “Es la hora”, él le preguntó: “¿Qué quieres decir?”. Cuando el padre le pregunta si alguien en la casa de había lastimado, Andrea dice: “Si. Los niños. Todos ellos”.

Cuando Russell llegó a la casa, gritó: “¿Qué les hizo a mis niños?”. Más adelante, la mujer confesó el crimen asegurando que el diablo la había obligado a hacerlo.

Inicialmente, en 2002 fue condenada a cadena perpetua con un mínimo de prisión de 40 años, pero en 2006 fue declarada no culpable por motivos de demencia. Desde ese entonces, Andrea se encuentra recluida en el Kerrville State Hospital de Texas, una clínica de salud mental.

Su esposo pidió el divorcio en 2004 asegurando que ya no vivían juntos desde el asesinato de sus hijos. En 2006, se casó con su nueva pareja.