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Inmigración

ANÁLISIS: Con el traslado de inmigrantes, las ciudades del noreste sienten la crisis de los estados fronterizos del suroeste

La crisis de la frontera suroeste se cierne sobre las ciudades demócratas del noreste, y llega en autobuses llenos de migrantes y en vuelos de medianoche enviados por Biden

Julio 27, 2022 1:30pm

Updated: Julio 27, 2022 6:35pm

El entusiasmo con que las grandes ciudades dirigidas por demócratas celebraron la apertura de la frontera sur comenzó a resquebrajarse a medida que los recién llegados han ido tocando a sus puertas.

El alcalde de Nueva York, Eric Adams, descargó su frustración en una rueda de prensa el pasado jueves, cuando  llamó "cobardes" a los gobernadores republicanos de Arizona y Texas, acusándolos de llenar autobuses con la gente que cruza las fronteras de sus estados y despacharla a la Gran Manzana.

Esa misma semana, Adams había solicitado al gobierno de Biden fondos federales para aliviar la "carga" que provoca la afluencia de inmigrantes ilegales.

En abril, tras meses de inacción por parte de la Administración Biden, los gobernadores de Texas y Arizona, Greg Abbott y Pete Ducey, respectivamente, comenzaron a despachar hacia Washington, D.C., a los inmigrantes que llegaban a la frontera sur de Estados Unidos. 

La acción tenía el propósito de enviar un mensaje a los funcionarios de la Casa Blanca y los miembros del Congreso de que la carga no podía recaer por completo en los estados del suroeste.

Hasta la fecha, más de 5.200 inmigrantes han sido transportados en autobús desde Texas, y otros 1.100 desde Arizona, según las oficinas de Abbott y Ducey.

Pero ambos gobernadores niegan haber enviado a ningún migrante directamente a la Gran Manzana y, en cambio, denunciaron las políticas fronterizas de Biden, que facilitan los vuelos secretos desde Texas a un aeropuerto cercano a la ciudad de Nueva York.

Abbott recalcó en un comunicado el viernes que el problema de Adams no era con Texas, sino con "la renuencia del presidente Biden a detener esta crisis fronteriza y asegurar nuestra frontera sur”.

"Texas no ha enviado en autobús a ningún migrante con destino a Nueva York", continuó

"En cambio, es el presidente Biden el que ha enviado a Nueva York aviones cargados de migrantes. El alcalde Adams debería ventilar su frustración sobre el trasiego de migrantes con el verdadero causante: Joe Biden", agregó.

En octubre, el New York Post informó que los aviones procedentes de Texas habían estado aterrizando desde agosto en el aeropuerto del condado de Westchester, a unos 50 kilómetros al norte de Nueva York, entre las horas de la medianoche y las 6:30 a.m.

Las cámaras mostraron a multitudes de jóvenes desembarcando de los vuelos ante los ojos de la policía local. Muchos de esos inmigrantes fueron vistos más tarde siendo conducidos en un refugio de Long Island.

La situación puso de manifiesto el temor de los demócratas de parecer despectivos y poco acogedores con los inmigrantes ilegales, a quienes ellos gustan presentar como víctimas a fin de obtener beneficios políticos. Para evitarle el daño político al Partido Demócrata, el alcalde Adams optó por culpar a los gobernadores republicanos en lugar de a la Casa Blanca, que es la verdadera encargada de la política del país.

La alcaldesa de Washington D.C., Muriel Bowser, adoptó un enfoque similar, afirmando que los inmigrantes ilegales que llenan los refugios de su ciudad estaban siendo "embaucados" para que subieran a los autobuses en Texas y Arizona.

"Por supuesto que hemos pedido al gobierno federal que trabaje con los estados fronterizos para evitar que la gente sea realmente embaucada y se suba a esos autobuses", señaló Bowser durante una entrevista con la CBS el pasado domingo sobre las recién llegados.

Bowser afirma que los migrantes que cruzan ilegalmente la frontera están siendo manipulados cuando se les traslada del suroeste al noreste. Pero ese argumento subestima la inteligencia de los solicitantes de asilo que decidieron aceptar el duro reto de atravesar el continente para llegar a la frontera de Estados Unidos.

Como dijo un lector del Washington Post en una carta a la redacción, lo verdaderamente cruel no es la reubicación, sino en la inacción del gobierno de Biden a la hora de disipar la ilusión de que los que cruzan la frontera serán acogidos.  

"La única diferencia es que nosotros, que no vivimos en un estado fronterizo, ahora estamos probando lo que los estadounidenses que viven en los estados de frontera han estado experimentando durante un año: la lucha para ayudar a estas personas, las dificultades para encontrarles refugio, para alimentarlos y vestirlos, para encontrarles trabajo, y encima, el costo de todo eso", escribió Marie Miller, que vive en un suburbio a las afueras de D.C. 

"Lo que está haciendo el gobierno de Biden no es estimable ni compasivo, sino insensible y despiadado", añadió.

Mientras tanto, los intentos de los alcaldes de las ciudades demócratas por proteger sus propios estados de la afluencia masiva es una señal de que las estrategias de los gobernadores del suroeste están funcionando. 

Con el tiempo, las tácticas de los gobernadores podrían aumentar la presión sobre el gobierno de Biden para que tome las medidas necesarias que aseguren a toda la nación y pongan fin a los mensajes contradictorios que salen de la Casa Blanca hacia América Latina, donde las caravanas siguen avanzando hacia el norte.

"Ahora que los alcaldes de las grandes ciudades de la costa este se enfrentan a los efectos abrumadores de una crisis humanitaria y de seguridad fronteriza, tal vez se haga algo", dijo el viernes CJ Karamargin, director de comunicaciones del gobernador Ducey, a The Wall Street Journal.

"Eso es ciertamente lo que esperamos", afirmó.