Papa Francisco: "ladridos de la OTAN" pudieron desencadenar la invasión rusa a Ucrania

El papa Francisco consideró que probablemente los "ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia" provocaron que Vladimir Putin lanzara la invasión a Ucrania. Fue "un enfado que no sé si fue provocado, pero quizás sí (fue) facilitado", expresó en una entrevista publicada el martes por Corriere della Sera.

El pontífice también mencionó que busca "ir a Moscú a encontrar a [Vladimir] Putin" para pedirle que frene la guerra iniciada a fines de febrero. Al respecto, también indicó que no ha recibido respuesta.

Francisco también fue cuestionado por sus lazos con el jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kirill, quien apoya la guerra de Putin. Su postura motivó la suspensión de una reunión entre ambos líderes religiosos en Jerusalén. Aun así, el papa aseguró que no romperá relaciones con él.

"Tenía una reunión programada con él en Jerusalén el 14 de junio. Sería nuestro segundo cara a cara, nada que ver con la guerra", comentó.

Por otra parte, Francisco afirmó que llamó al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, "el primer día de la guerra" y que luego quiso "hacer un gesto claro que viera todo el mundo" con su visita a la embajada rusa ante el Vaticano.

Sin embargo, no mostró un respaldo pleno a la entrega de armas a Ucrania, ya que consideró que "lo que está claro es que en esta guerra se están probando armas".

"Los rusos ahora saben que los tanques sirven de poco y están pensando en otras cosas. Las guerras se hacen para esto: para probar las armas que hemos producido", consideró.

El martes, Eslovaquia y Hungría manifestaron que no respaldarán las sanciones contra el sector energético ruso que prepara la Unión Europea por la guerra en Ucrania, ya que ambos países dependen demasiado de esos suministros y no cuentan con alternativas inmediatas.

Asimismo, la eventual adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN también generó discrepancias.

Alemania apoyará la adhesión de los países escandinavos al bloque, afirmó también el martes el canciller Olaf Scholz a las primeras ministras finlandesa y sueca, Sanna Marin y Magdalena Andersson, respectivamente. A su vez, el presidente de Croacia, Zoran Milanovic, dijo que vetará su adhesión si tiene la oportunidad.