Insólito: Empleada dona riñón a su jefa y ella la despide por faltar al trabajo mientras se recupera de la operación

La historia de una mujer de Nueva York que había donado un riñón a su jefa y luego ésta al parecer la despidió por faltar al trabajo debido al postoperatorio se hizo viral el viernes en varios medios de comunicación internacionales.

Una mujer llamada Debbie Stevens hace 11 años en Nueva York decidió ayudar a su entonces jefa, Jackie Brucia, de 61 años, quien necesitaba de forma urgente un trasplante de riñón. 

No es broma 😵 || En #NuevaYork, Debbie Stevens le salvó la vida a su jefa de 61 años donándole un riñón, y la ingrata mujer la despidió de su trabajo argumentando que "se estaba tardando mucho en recuperarse".

Ahora la donante exige su órgano de vuelta. #Mundo #LaRedCincoRadio pic.twitter.com/qit3IHurco

— Cinco Radio Oficial (@laredcincoradio) March 10, 2023

Pero antes de la intervención quirúrgica, los médicos determinaron que el órgano de Debbie no era compatible con el cuerpo de Jackie.

Sin embargo, Debbie donó su riñón a otra persona que lo necesitaba también de forma urgente, y al mismo tiempo Jackie recibió un órgano compatible con su cuerpo, lo que supuso para ella una nueva oportunidad de vida.

Aunque Debbie nunca imaginó que, tras la compleja operación, la mujer por quien había arriesgado su vida llegaría a tomar la decisión de despedirla al parecer por la demora en su recuperación.

Stevens se encontraba todavía en su casa, en pleno proceso postoperatorio que requiere este tipo de cirugía, comenzó a recibir llamadas de Jackie Brucia, pero esta vez no para agradecerle el gesto que había tenido, sino para llamarle la atención por no volver al trabajo.

"¿Qué haces, por qué no estás en el trabajo? No puedes ir y venir a tu antojo. La gente va a pensar que tienes privilegios", le decía Jackie a Debbie, según publicó Clarín.

Días después fue notificada de su despido por supuesto incumplimiento de sus funciones laborales. 

En una entrevista concedida a  New York Post, Stevens aseguró que, a pesar del desagradable detalle, no se arrepiente de haber ayudado a una persona a seguir con vida. Se sabe que la persona que recibió el órgano de Stevens era un hombre de Misuri.

Debido al estrés mental que experimentó, Debbie empezó a acudir a un psicólogo, quien a su vez remitió una carta a la empresa para denunciar la situación y, como consecuencia, fue despedida y presentó una denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos de Nueva York.