Irán: Condenan a 40 años de cárcel y 74 latigazos a un trabajador humanitario belga acusado de espiar para EEUU

Las autoridades del régimen iraní confirmaron el martes que el activista humanitario belga Olivier Vandecasteele fue condenado a 40 años de prisión y 74 latigazos tras ser declarado culpable de espiar para el gobierno de Estados Unidos.

También se le acusó de blanqueo de dinero y contrabando de divisas. Vandecasteele fue detenido el 24 de febrero de 2021 y posteriormente acusado por Teherán de espionaje tras más de seis años trabajando en Irán para ONG extranjeras, según informa el diario "Le Soir".

La ministra belga de Asuntos Exteriores, Hadja Lahbib, reafirmó la semana pasada que "Bélgica considera inocente a Vandecasteele" y pidió su liberación lo antes posible. 

Sin embargo, su futuro sigue ligado al de Assadollah Assadi, alto cargo del gobierno iraní condenado en Bélgica por planear un atentado contra opositores iraníes en Francia.

El gobierno belga había negociado un tratado para el intercambio de prisioneros, pero el Tribunal Constitucional lo anuló el mes pasado y paralizó el intercambio de Assadi y Vandecasteele.

El fallo judicial afirma que el intercambio violaba los derechos de las víctimas de Assadi, condenado a 20 años de cárcel por preparar junto a Irán un atentado contra un grupo de opositores que tenían previsto reunirse en junio de 2018 en una ciudad francesa cercana a París.

Dos hombres fueron ejecutados el sábado en Irán tras ser declarados culpables del asesinato de un oficial paramilitar durante las manifestaciones desencadenadas por la muerte de Mahsa Amini.

La ONU denunció estos ahorcamientos, que elevan a cuatro el número de ejecuciones desde el inicio del movimiento de protesta en Irán, a mediados de septiembre.

Los dos hombres estaban acusados de haber matado a este miembro de la milicia paramilitar Basij, afiliada a la Guardia Revolucionaria, el 3 de noviembre en Karaj, ciudad situada al oeste de Teherán.

El 2 de enero, las autoridades iraníes confirmaron la condena a muerte de otro hombre, Mohammad Boroghani, procesado por ser un "moharebeh" ("enemigo de Dios" en persa), cargo castigado con la pena capital, y cuyo juicio había comenzado el 29 de octubre.

Según la agencia iraní, el joven de 19 años había "herido con un cuchillo a un guardia de seguridad con intención de matarlo", "sembrado el terror entre los ciudadanos" e "incendiado la sede de la gobernación en la ciudad de Pakdasht", al sureste de Teherán.

El 24 de diciembre, la justicia iraní confirmó la condena a muerte de otro acusado, Mohammad Ghobadlou.