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Crimen y Corrupción

Tribunal italiano vuelve a condenar a Amanda Knox por difamación tras exonerarla de los cargos de asesinato

Sin embargo, Knox no será enviada a prisión preventiva, puesto que ya cumplió cuatro años bajo custodia italiana durante la investigación del asesinato de Kercher

Amanda Knox appears in an Italian court for a trial session for the Meredith Kercher murder case in 2011.
Amanda Knox appears in an Italian court for a trial session for the Meredith Kercher murder case in 2011. | Shutterstock

Junio 5, 2024 9:14am

Updated: Junio 5, 2024 3:54pm

Un tribunal de apelación italiano volvió a condenar este miércoles a Amanda Knox, esta vez por difamación, una decisión sorprendente que se produce varios años después de que la estudiante universitaria estadounidense, convertida en periodista, fuera absuelta de los cargos de asesinato que enfrentaba, según noticias de última hora.

Knox, quien fuera estudiante de intercambio de Seattle, fue acusada y condenada, en Italia, de asesinar a su compañera de habitación, la británica Meredith Kercher, que era novia hacía solo una semana del italiano Raffaele Sollecito, pero luego fue absuelta.

Tanto Knox como Kercher eran entonces estudiantes de intercambio en Italia y el caso judicial ha acaparado durante mucho tiempo la atención de periodistas de todo el mundo.

La nueva decisión fue anunciada el miércoles por un tribunal de apelación italiano en Florencia; esta es la sexta vez que un tribunal del país europeo declara que Knox acusó falsamente a un congoleño inocente, Patrick Lumumba. Knox trabajaba a tiempo parcial para Lumumba cuando se produjo el asesinato en un bar local. En aquel momento era una estudiante universitaria de 20 años.

Las acusaciones de difamación presentadas por la fiscalía italiana se basan en dos declaraciones mecanografiadas por la policía que Knox firmó mientras era interrogada sobre el asesinato de Kercher.

Sin embargo, la tarde siguiente ella intentó retractarse de su versión en una nota manuscrita de cuatro páginas, pero sus declaraciones contradictorias no hicieron sino levantar sospechas entre la policía italiana.

Esta última comparecencia de Knox ante el tribunal de apelación de Florencia se produce 13 años después de su presentación anterior a un tribunal italiano, lo que ocurrió en 2011. Lo novedoso es que esta vez asistió con su esposo, Christopher Robinson.

Como parte de su defensa, Knox argumentó que hizo las declaraciones ofensivas contra las fuerzas del orden bajo coacción como parte de una larga ronda de interrogatorios agotadores. También atribuyó algunas de las declaraciones supuestamente difamatorias a la barrera lingüística, ya que entonces hablaba poco italiano.

A pesar de sus esfuerzos por convencer a los dos jueces y seis miembros del jurado, el tribunal de apelación italiano confirmó la condena de tres años de prisión para Knox, de 36 años, casada y madre de dos hijos.

Sin embargo, la imputada no será enviada a prisión preventiva, pues ya cumplió cuatro años bajo custodia italiana durante la investigación del asesinato de Kercher.

Knox no mostró ninguna emoción cuando se leyó el veredicto y se mantuvo seria cuando salió del tribunal. Su abogado, Carlo Dalla Vedova, dijo a los periodistas a la salida del tribunal de apelación que “Amanda está muy amargada por el resultado. “Todos estamos muy sorprendidos por el resultado de la decisión”, afirmó.

Vedova añadió que Knox esperaba la absolución, con lo cual se cerrarían 17 años de incesantes problemas legales que el país europeo le ha hecho enfrentar a la joven estadounidense.

Con voz temblorosa Knox expresó al tribunal que lamentaba haber acusado erróneamente a Patrick Lumumba bajo una intensa presión policial, pero que estaba asustada.

“Siento mucho no haber sido lo suficientemente fuerte para resistir la presión de la policía”, le dijo al jurado, compuesto por 8 miembros, mientras hablaba en italiano. “No sabía quién era el asesino. No tenía forma de saberlo”.

El asesinato de Kercher, en la montañosa ciudad de Perugia, arrojó inmediatamente sospechas sobre Knox. La policía empezó a sospechar cuando ella y Sollecito empezaron a mostrarse cariñosos mientras los investigadores policiales seguían indagando acerca de la escena del crimen.

También se quedaron perplejos cuando la estudiante universitaria de 20 años dio una serie de volteretas en la comisaría durante los interrogatorios,  movimiento que ella atribuyó al estrés del momento.

Pero esos interrogatorios policiales fueron sólo el primer capítulo de la dramática historia que ha vivido Knox, la cual se ha prolongado por 17 años.

Durante casi dos décadas la joven, residente en el estado de Washington, tuvo que soportar veredictos contradictorios, todo ello en el marco de un sistema de justicia europeo que permite la reapertura de causas penales.