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Crimen y Corrupción

Cubano de Miami Beach es condenado a 8 años de cárcel por vínculos con la "Mafia Cubana en Quintana Roo"

Javier Hernández, un individuo de 50 años, ha sido condenado a 95 meses de prisión federal por su papel en el entramado criminal conocido como la Mafia Cubana en Quintana Roo

Cubano condenado por tráfico de inmigrantes
Fiscalia del sur de Florida | Captura de pantalla

Febrero 16, 2024 2:41am

Updated: Febrero 16, 2024 8:12am

En un esfuerzo coordinado, las fuerzas del orden de Estados Unidos y México han logrado un golpe significativo contra una red del crimen organizado que ha sembrado terror y corrupción a lo largo de una vasta extensión geográfica, que abarca desde Cuba hasta el sur de Florida, tal y como dio a conocer la Oficina del Fiscal del Sur de Florida.

 Javier Hernández, un individuo de 50 años, ha sido condenado a 95 meses de prisión federal por su papel en el entramado criminal conocido como la Mafia Cubana en Quintana Roo, un grupo que ha tejido su red delictiva desde 2009, extendiendo sus tentáculos a través de Cuba, México, España y Florida.

Las autoridades, tras un minucioso proceso judicial, han hallado a Hernández culpable de una serie de delitos graves que van, desde conspiración para fomentar la migración ilegal hacia Estados Unidos, hasta el transporte de embarcaciones robadas y el soborno de funcionarios públicos.

El veredicto emitido por el jurado refleja el alcance de las actividades criminales en las que Hernández estuvo involucrado y arroja luz sobre una oscura trama de corrupción y violencia.

El modus operandi de la Mafia Cubana en Quintana Roo ha sido meticulosamente delineado por los fiscales federales del Distrito Sur de la Florida, revelando un entorno de extorsión despiadada a los migrantes cubanos que caen en las garras de esta organización criminal. Los migrantes, convertidos en rehenes en tierras mexicanas, son sometidos a un régimen de terror a través del cual se les exige el pago de exorbitantes sumas de dinero para su liberación y su paso a Estados Unidos.

Javier Hernández y su cómplice, Ramón Reyes Aranda, de 38 años y residente de Naples, han sido identificados como dos de los elementos clave en esta maquinaria del crimen. A ambos se les acusa de robar embarcaciones en la costa oeste de Florida, las cuales eran transportadas posteriormente a México para ser utilizadas en la financiación y ejecución de actividades ilícitas. Este esquema de transporte de embarcaciones robadas es solo la punta del iceberg en las operaciones de esta banda delictiva.

La complejidad y alcance transnacional de esta red criminal se han puesto de manifiesto a través de una extensa operación multinacional que ha reunido a las autoridades policiales tanto de Estados Unidos como de México. Bajo el nombre en clave de Operación Multinacional, se ha descubierto una intrincada red de individuos que, desde la relativa seguridad de Quintana Roo, han perpetrado sus crímenes sin escrúpulos.

Entre los implicados en esta trama de delincuencia organizada se encuentran José Miguel González Vidal, Reynaldo Abreu García, Yohismy Pérez González, Yosvani Carbonel Lemus, Reynaldo Crespo Márquez y Jancer Sergio Ramos Valdés, todos ellos cubanos residentes en México al momento de los cargos. Estos individuos, junto con Maikel Antonio Hechavarría Reyes y Mónica Susana Castillo, de nacionalidad mexicana, conforman la estructura de mando y ejecución de la Mafia Cubana en Quintana Roo.

La evidencia presentada durante el juicio es prueba de la crueldad y avaricia desmedida que caracteriza a esta organización criminal. Desde el transporte de bienes robados hasta la extorsión despiadada de migrantes inocentes, cada faceta de sus operaciones revela un desprecio flagrante por la ley y los derechos humanos más básicos.

Los miembros de esta organización delictiva no han vacilado en utilizar la violencia más extrema para alcanzar sus objetivos ilícitos. Las víctimas, en su mayoría migrantes cubanos desesperados por encontrar una vida mejor en Estados Unidos, han sido sometidas a un infierno de tortura física y psicológica, enfrentándose a la posibilidad de ser asesinadas si sus familiares no pagan los rescates exigidos.

Además de sus actividades criminales en tierra firme, los miembros de la Mafia Cubana en Quintana Roo han seguido operando, incluso, tras las rejas. Se ha descubierto que, mientras esperaban juicio en Estados Unidos, continuaron su accionar desde el interior de un centro de detención federal, violando órdenes judiciales y traficando sustancias ilícitas con la complicidad de empleados corruptos.