Un bebé momificado hallado en Austria habría muerto por falta de exposición al sol

Un grupo de investigadores determinó en un estudio publicado este miércoles que un niño varón momificado hallado en Austria no murió por falta de agua, comida o lesiones, sino por falta de exposición a la luz solar.

Los restos del pequeño, que datan de entre mediados del siglo XVI y el XVII, no tenían más de dos años cuando fue envuelto en un elaborado traje de seda y enterrado en una cripta familiar reservada para los condes de Starhemberg, una de las familias aristocráticas más antiguas de Austria.

Según la revista Frontiers in Medicine, las autopsias virtuales del cadáver mediante tomografía computarizada revelaron malformaciones en las costillas que se asemejan a los clásicos signos de raquitismo o desnutrición, deficiencia de vitamina C o vitamina D. 

Sin embargo, tras un análisis del tejido adiposo, los científicos concluyeron que el niño estaba bien alimentado en comparación con los bebés de la época. Esto implica que es poco probable que sufriera una carencia de vitamina C.

Los investigadores sugieren que este niño carecía de vitamina D, que no se obtiene en cantidades significativas a través de los alimentos, sino a través de la radiación ultravioleta (UV) del sol. Esto sugiere que la desnutrición del niño no se debía a la falta de alimentos, sino a la falta de exposición a la luz solar.

Para solventar su hipótesis, los autores detectaron en un examen de pulmones que el pequeño tenía signos de haber sufrido una neumonía letal, una infección que es precisamente común en los bebés con deficiencia de vitamina D.

Las familias aristócratas europeas de esa época evitaban a menudo el contacto con el sol para mantener su piel lo más blanca posible. Eso les daba un estatus social elevado en la sociedad antigua y los diferenciaba de los campesinos que trabajaban en campos abiertos, bajo el sol, reveló DW.