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La reina Isabel sufrió mucho en privado con los divorcios de tres de sus hijos

"La angustiaba mucho más de lo que aparentaba", dice un exmiembro del personal en "Queen of Our Times".

Marzo 16, 2022 5:32pm

Updated: Marzo 17, 2022 9:16am

La reina Isabel se mantuvo tan estoica como siempre cuando los divorcios de tres de sus cuatro hijos se sucedieron públicamente a lo largo de los años 1990. Pero tras bambalinas, la historia era diferente.

En la próxima biografía, "Queen of Our Times: The Life of Queen Elizabeth II", el autor Robert Hardman explora el dolor privado de la reina cuando los matrimonios del príncipe Carlos, el príncipe Andrés y la princesa Ana llegaron a su fin.

"Aparentemente estoica, como siempre, la reina encontraba las conversaciones de divorcio profundamente perturbadoras", escribe Hardman en su libro, según un reporte de People. "Otro exmiembro de la Casa recuerda que, de vez en cuando, había un atisbo de su desesperación".

"La angustiaba mucho más de lo que aparentaba", le dice un exmiembro del personal a Hardman, recordando su intento de poner los matrimonios reales desechos en algún tipo de perspectiva. “Dije, 'Señora, parece estar sucediendo en todas partes. Esta es una práctica casi común'. Pero ella solo dijo: '¡Tres de cuatro!' en pura tristeza y exasperación. No se debe subestimar el dolor por el que ha pasado".

A pesar de lo que estaba pasando internamente, la Reina nunca perdió la calma durante su año horrible, o "annus horribilis", en 1992. Ese año fue testigo de un incendio que destruyó parte del Castillo de Windsor y el colapso de los matrimonios de Charles, Anne y Andrew, como así como los escándalos en curso que rodeaban a la princesa Diana y al príncipe Carlos.

"No recuerdo ni una sola ocasión en la que fuera a verla y ella exclamara: '¡No! ¿Qué sigue?' ", su exsecretario de prensa, Charles Anson, le dice a Hardman en "Queen of Our Times", que se publica el 5 de abril. "El problema a veces era vergonzoso, pero ella siguió adelante. Es inmensamente tranquilizador en esas situaciones trabajar para alguien que no se siente abrumado".

En todo momento, agrega, la Reina "nunca fue impaciente, nunca irritable, completamente estable".

Exteriormente, la reina eligió la "quietud" en medio del drama que rodeó la separación de Carlos y Diana, un enfoque que aprendió de su padre, el rey Jorge VI.

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"La estrategia de su madre en estas situaciones —continuar como si nada estuviese sucediendo— le había valido el apodo de 'avestruz imperial' entre el personal real", escribe Hardman. "La respuesta de la Reina, como siempre, fue seguir el ejemplo de su padre, absorto en sus días en el mar, y tratar la adversidad como el océano".

"Las tormentas van y vienen, algunas peores que otras", le dice a Hardman Sir John Major, quien trabajó tan de cerca con ella durante este período. “Pero ella siempre bajará la cabeza y los atravesará. La Reina siempre ha vivido según la doctrina: 'Esto también pasará'. "

Hardman escribe: "Si bien a veces se ha acusado a la Reina de actuar con lentitud, nunca ha habido una acusación de pánico. Su modo predeterminado ante una crisis es la quietud".

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