Política
NYT: ¿Qué hacen realmente los demócratas cuando tienen todo el poder?"
Una investigación de Johnny Harris y Binyamin Appelbaum para The New York Times bajo el interrogante: "¿Qué hacen realmente los demócratas cuando tienen todo el poder?".
Noviembre 20, 2021 6:51pm
Updated: Noviembre 21, 2021 2:07pm
Actualmente los demócratas controlan el poder Ejecutivo y el Legislativo en 18 estados de los Estados Unidos pero mientras los líderes demócratas tienden a responsabilizar a los republicanos de frustrar sus planes progresistas, no puedan decir lo mismo en los 18 estados que controlan totalmente, según los periodistas Johnny Harris y Binyamin Appelbaum de The New York Times, que aseguran que allí los republicanos están lejos de las palancas del poder.
Harris y Applebaum examinaron la Plataforma del Partido Demócrata de 2020, indagando cuáles son los valores o postulados demócratas más importantes, y se centraron en un estado en particular, California, que es el "estado liberal por excelencia", y en un tema: la vivienda.
Harris señaló que los demócratas están mayoritariamente de acuerdo en la importancia vital de la vivienda y que usan la palabra vivienda como un mantra. Dicen de manera reiterada y repetitiva que "La vivienda es un derecho humano".
En cambio sus acciones envían un mensaje muy diferente: "En California el costo de la vivienda es tan alto que para muchas personas es simplemente inasequible", señalo Applebaum.
Tras analizar información suministrada por Los Angeles Times en 2019, Jon Miltimore de la Fundación para la Educación Económica (FEE, por su siglas en inglés), concluye que California tiene "un problema de exceso de regulación". Nueve de las 15 áreas metropolitanas más caras de los Estados Unidos están en California y el precio medio de una casa en San Diego es de 830.000 dólares. En algunos casos, las personas esperan 20 años para construir un par de viviendas unifamiliares.
"Applebaum parece diagnosticar mal el problema", asegura Miltimore sobre el video de Applebaum, pues según el analista el periodista de NYT se queja de que "el Estado simplemente ha dejado de construir viviendas" y afirma que "el Estado no necesita construir una sola unidad de vivienda; simplemente tiene que dar un paso atrás y permitir que el mercado funcione".
"Como señala Harris, los propios californianos han luchado con uñas y dientes para mantener los programas de viviendas asequibles de mayor densidad demográfica fuera de sus barrios. Se cita como ejemplo Palo Alto, donde los votantes anularon en 2013 una votación unánime del Concejo Municipal para rezonificar un terreno de 2,46 acres y permitir una urbanización con 60 unidades para personas mayores con bajos ingresos y 12 viviendas unifamiliares", observa Miltimore.
Los periodistas del NYT comentan el comportamiento, tanto de los votantes como de sus representantes demócratas: "Hay una especie de codicia aquí", indica Harris. De California pasan al estado de Washington, que tiene el impuesto más regresivo de los Estados Unidos y observan que en los distritos escolares de estados como Illinois y Connecticut, las familias de bajos ingresos son asignadas a las escuelas peor financiadas, en razón de su código postal.
Los periodistas llegan a una conclusión sombría: frente a los valores que se suponen fundamentales para los demócratas, al menos discursivamente, la práctica está mostrando que ellos no los encarnan realmente. Harris afirma que los liberales acomodados "suelen ser muy buenos a la hora de aparecer en las marchas" y hablar de su preocupación por la desigualdad. "Pero cuando la cosa se pone fea, suelen tomar decisiones basadas en un cálculo diferente: lo que los beneficie personalmente".
Applebaum explica que “los estados azules (demócratas) son el problema". Y sigue diciendo: "En los estados azules se encuentra la crisis de la vivienda. En los estados azules las disparidades en la financiación de la educación son más dramáticas. Los estados azules son los lugares donde decenas de miles de personas sin hogar viven en la calle. Los estados azules son los lugares donde la desigualdad económica está aumentando más rápidamente en este país. No se trata de un problema de falta de éxito; es que los estados azules son el problema".
Miltimore aporta mayores elementos que amplían la perspectiva analítica de la investigación presentada por los periodistas del Times, al recordar que no hay nada de malo o de perverso en la toma de decisiones basándose en el interés propio, pues se trata de algo natural y propio de la condición humana: "Aprovechar el instinto del interés propio de forma saludable -a través del libre intercambio- se ha considerado durante mucho tiempo una piedra angular del capitalismo y la clave de una sociedad próspera", subraya.
El analista de FEE retoma el clásico planteamiento de Adam Smith en La riqueza de las naciones: "No es de la benevolencia del carnicero, el cervecero o el panadero de quien esperamos nuestra cena, sino de su interés". El problema surge cuando los progresistas hacen del interés propio una suerte de herejía, puntualiza Miltimore.
Los progresistas también toman decisiones basadas en sus propios intereses, como demuestran los periodistas del New York Times. Sin embargo, comenta Miltimore, "esto no debería sorprender, y estaría perfectamente bien si los progresistas actuaran por interés propio en una economía de mercado; pero no es así. Están utilizando la ley de forma perversa en su propio beneficio, mientras mantienen la creencia de que están actuando por altruismo".
Lo cuestionable es que los progresistas tomen ese tipo de decisiones en el terreno político y no en el espacio del mercado, concluye Miltimore.