Las Fuerzas Aéreas de EEUU dan de baja a 27 militares por rechazar la vacuna del COVID-19

Las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos (USAF, por sus siglas en inglés) dieron de baja a 27 militares por desobedecer un mandato del Pentágono que exige a todos los miembros de las fuerzas armadas, incluyendo el servicio activo, la Guardia Nacional y las Reservas, que se vacunen contra la COVID-19, informó AP. 

Aunque la Fuerza Aérea dio a sus miembros hasta el 2 de noviembre para vacunarse, miles se negaron o solicitaron una exención. Se cree que los militares en ser dados de baja fueron los primeros en ser retirados administrativamente del servicio por negarse a recibir la vacuna, señaló el lunes la portavoz del USAF, Ann Stefanek.

Según Stefanek, los 27 militares estaban en su primer período de alistamiento y, por tanto, eran personal más joven y de menor rango. Aunque no reveló qué tipo de baja se aplicó a los miembros del servicio, la legislación actual limita al ejército a otorgar una baja honorable o una baja general en condiciones honorables en los casos de rechazo de la vacuna. Ninguno de los 27 solicitó ningún tipo de exención médica, administrativa o religiosa, añadió Stefanek. 

En consecuencia, fueron retirados formalmente del servicio por no obedecer una orden. La portavoz dijo que también es posible que alguno de ellos tuviera infracciones anteriores en sus expedientes, pero tenían en común la negativa de vacunarse.

Aunque los últimos datos de la USAF muestran que más de 1.000 aviadores rechazaron la vacuna y más de 4.700 están buscando una exención religiosa, el Pentágono dijo que hasta el 10 de diciembre el 96,4% del personal en servicio activo se ha vacunado al menos una vez, mientras que solo alrededor del 72% de la población estadounidense de 18 años o más se ha vacunado al menos una vez, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

El mes pasado, el gobernador republicano de Oklahoma, Kevin Stitt, y el fiscal general del estado presentaron una demanda federal para rechazar el mandato de vacunación militar para la Guardia Nacional de Oklahoma, argumentando que el Pentágono se está extralimitando en su autoridad constitucional. 

El secretario de Defensa, Lloyd Austin, rechazó rápidamente la demanda e insistió en que los militares deben vacunarse para poder participar en los entrenamientos financiados por el gobierno federal que les permitan mantener su estatus militar.