Kanye West es presuntamente un admirador de Adolf Hitler, dice un exempleado

Por si no fuera suficiente con las acusaciones de antisemitismo que pesan sobre él, relativas a esos tuits incendiarios que publicó recientemente y que le han costado muchos de sus patrocinios y acuerdos de colaboración, a Kanye West le sobrevienen nuevos problemas después de que un ex empleado reveló que el polémico rapero admiraba profundamente a Adolf Hitler.

Según el testimonio que dio la persona, que no quiso revelar su identidad por miedo a represalias, el astro de la música llegó a leer extractos del "Mein Kampf" a viva voz a fin de inspirar a sus subordinados, ya que estaba obsesionado con las dotes de liderazgo del mandatario alemán, el gran villano de la II Guerra Mundial y responsable directo del holocausto del que fueron víctimas más de seis millones de personas.

"Solía alabar a Hitler diciendo que era increíble la forma en que consiguió acumular tanto poder, y hablaba con total tranquilidad sobre las muchas cosas buenas que el partido Nazi había hecho para la gente de Alemania", explicó este informante a CNN.

Aunque el polémico artista negó en todo momento que sienta especial animadversión hacia la comunidad judía, lo cierto es que su círculo más cercano siempre habría estado al corriente de estas preocupantes opiniones acerca de uno de los periodos más cruentos e indignantes de la historia reciente. Tanto es así, que su exitoso disco de 2018, 'Ye', podría haberse titulado de otra manera, nada menos que con una referencia directa al odiado dictador, si no hubiera cambiado de parecer en el último momento.

Sea como fuere, la imagen pública de Kanye West y su fortuna se encuentran bajo mínimos. El intérprete perdió su condición de milmillonario después de que la firma de ropa deportiva Adidas pusiera fin a su relación profesional a raíz de estos escándalos.

Otras marcas de renombre, como Balenciaga, Vogue, JP Morgan y Apple Music también cortaron todo tipo de lazos con el rapero, quien no dudó en presentarse en la última edición de la Semana de la Moda de París con una camiseta que portaba el eslogan 'White Lives Matter', asociado al supremacismo blanco.